Pocos tópicos ocupan tanto o estimulan tantas emociones como el dinero. El dinero es un problema abrumador, eso es así para la mayoría de la gente. Una de las cosas que causa el dinero moderno es el problema de la inflación, ya sea que la inflación se eleve 3% o 300% anualmente. Claro, la inflación es aquella situación en que los costos de los bienes y servicios se mantienen subiendo debido al siempre decreciente valor de la moneda. Esto sucede cuando el suministro de dinero llega a ser más grande en proporción al suministro de bienes y servicios valiosos.
El dinero en sí mismo no es valioso. Sólo los bienes y servicios que pueden ser comprados con él lo son. La salud de cualquier nación o individuo, por lo tanto, está finalmente determinada por lo que ésta produce en términos de productos y servicios valiosos; no por la cantidad de dinero impreso, distribuido o retenido. Actualmente una nación podría sobrevivir sin ningún circulante en absoluto en la medida que por otro lado fuese productiva.
El propósito del dinero es facilitar el intercambio de bienes y servicios. Por lo tanto el dinero es una extensión del sistema de trueque. El trueque es el acto de intercambiar algo que uno posee o hace, por algo que alguien más posee o hace. La producción y el intercambio son las bases de toda economía.
La moneda y el papel moneda fueron originalmente creados para ayudar al trueque. Ellos permitían a la gente trocar sin tener que cargar encima los bienes o prestar inmediatamente un servicio. Esto permitía a los individuos comerciar más fácilmente y ahorrar los beneficios de su trabajo para el futuro.
En un principio, el papel moneda fue creado como “nota promisoria” o compromiso. Una nota promisoria es una promesa escrita de pagar una deuda. Una persona podía escribir una nota sobre un pedazo de papel o papiro o tablilla, prometiendo al poseedor o portador de la nota una cierta cantidad de bienes o servicios que el escribiente de la nota podría suministrar o demandar. Para ilustrar, vamos a ver el siguiente ejemplo ficticio.
Simulemos que un granjero de pollo va al mercado de la aldea y desea intercambiar por un guacal de manzanas. El no trae consigo los pollos; de tal manera que podrá escribir una nota para el vendedor de manzanas donde lo autoriza para que en cualquier momento vaya a la granja y recoja dos apetitosos pollos. El granjero de pollos regresó a su casa con el guacal de manzanas y permitió al productor de manzanas visitar la granja cualquier día y redimir la nota agarrando sus dos pollos. Mientras la gente tuviera fe en la capacidad del granjero de pollos para honrar sus notas, podría usarlas en sustitución del trueque.
Vamos a simular ahora que a medida que avanzaba el día y se acercaba a su final, el productor de manzanas decide dar un paseo y echar un vistazo al mercado. El se acerca al comerciante de telas. La mujer del manzanero ha estado fastidiándolo durante mucho tiempo para que le compre alguna de las nuevas telas que han llegado en la caravana reciente procedente del lejano Oriente. La vida hogareña del manzanero se ha vuelto miserable por su negativa a complacer a su fémina ante sus incesantes demandas; así que, negocia con el mercader de telas algunos géneros. No obstante, el mercader no está interesado en manzanas, así que el manzanero se recuerda que tiene una nota por dos pollos y le pregunta al mercader si necesita pollos. Este le dice que sí y el productor de manzanas le entrega la nota por los dos pollos en intercambio por la tela. Es ahora el mercader quien se trasladará hasta la granja de pollos para redimir la nota. Los mismos pollos nunca han dejado el gallinero y ya han cambiado de dueño dos veces en un día. Este fue el tipo de intercambio que dio origen al papel moneda; pero ¿ves la tentación que esto puede crear?
Si el granjero de pollos sabe que pasará algún tiempo antes que deba redimir sus notas con los pollos actuales, o si algunas de sus notas circularán por siempre y nunca regresarán, él podría caer en la tentación de emitir más notas por más pollos de los que actualmente tiene en el gallinero, siempre pensando que podrá cubrir todas sus notas en el tiempo en que estas regresen a él.
La tentación se apodera del granjero de pollos.
El pollero posee una familia numerosa y con ocasión de una futura reunión con algunos de sus parientes que vienen de visita, ha resuelto impresionarlos con una opulenta fiesta de recepción. Se va al mercado nuevamente y escribe notas por pollos no nacidos todavía y se abastece de un abundante mercado en bienes de otros mercaderes. Ahora pueden suceder varias cosas. El granjero de pollos podría salirse con las suyas siempre que sea capaz de satisfacer la demanda por pollos en el momento en que sus notas regresen por redención. La otra cosa que puede suceder y con frecuencia es lo que sucede, es que el granjero ha saturado el mercado con notas de pollos en tal cantidad que la gente no las quiere más; así que debe ofrecer mayor cantidad de aves por cada negocio para lograr que la gente sienta que vale la peno esperar. Ahora él escribirá notas por dos o tres pollos en intercambio por artículos que previamente sólo ofrecía a cambio notas por un solo pollo. A medida que esas notas circulan van siendo menos y menos valiosas ya que hay muchas de ellas en el mercado. Se desata una espiral o círculo vicioso: mientras más notas emite el pollero menos valor tienen y por lo tanto, más notas tiene que emitir a fin de obtener el artículo que desea. Esto es lo que se conoce como inflación.
Ahora viene la peor parte.
Con más y más notas pendientes, un número creciente de ellas comenzarán a llegar para redención. Pronto el granjero verá que su riqueza real como suplidor de pollos llega rápidamente a la depresión aunque esté pensando que sólo una pequeña porción de notas pendientes han de regresar de inmediato. Para preservar sus pollos, él debe disminuir el valor de sus notas declarando que las notas pendientes por redimir son ahora válidas por la mitad de lo que ellas dicen. Esto es llamado devaluación.
Dado que al granjero se le dificulta admitir el hecho de haber fabricado más notas que lo que tenía de pollos, puede tratar de salvar su reputación por ejemplo denunciando una falsa y terrible peste que barrió con la mitad de su pollera. Sin embargo, esto no lo protegerá probablemente de que en adelante sea considerado como una persona muy impopular. La fe del público en sus notas será destruida. Tendrá que regresar al trueque directo o necesitará recoger o adquirir algunas notas más a fin de continuar comerciando en el mercado.
Como podemos ver, las notas o dinero están arraigados en la actualidad como artículos y significan la expresión de que el creador de las notas de papel posee algo valioso para intercambiar.
En contraste con las notas o billetes están las monedas, las cuales funcionan algo diferentes. Los metales siempre se han considerado valiosos, y así las piezas de metal fueron convenientes instrumentos de comercio. Las piezas de metal fueron estampadas con varios diseños y se convirtieron en monedas, y su pureza metálica fue garantizada por el impresor. El valor de la moneda fue inicialmente determinado mediante la cantidad (peso, volumen) y la pureza del metal contenido en la moneda. El oro es un metal popular y raro; las monedas que contienen oro eran y son las más caras y su valor de intercambio es mucho más alto, por ejemplo, comparadas con las monedas de cobre.
Las monedas de metal se convirtieron en una herramienta de trueque popular debido a que son duraderas y su cantidad puede ser controlada. En realidad las monedas son el producto de un trabajo arduo para conseguir la materia prima en minería y por eso tienen lo que se denomina valor intrínseco. Sin embargo, la moneda ha creado algunos problemas. Realmente, la gente estaba intercambiando trozos de metal por otros bienes; ya no cambiaban pollos por manzanas sino que cambiaban pollos por piezas de metal. Esto creó un énfasis desproporcionado en los metales. La adquisición de monedas y metales para acuñar se convirtió en una obsesión para una gran cantidad de gente y originó el descubrimiento de nuevas tierras, las invasiones de territorios ajenos, las guerras. Tal obsesión tiende a consumir la energía vital que podría mejor gastarse en la producción de otros bienes y servicios valiosos. El sistema también dio una desproporcionada cantidad de poder a quienes poseían grandes cantidades de metal acuñado, no obstante que otros artículos y productos, tales como los alimentos, definitivamente son más valiosos. La persona con monedas metálicas podía adquirir de inmediato cualquier bien o servicio; pero un granjero primero tendría que dar un paso intermedio como sería intercambiar su producto por monedas o metal acuñable antes que pueda obtener la misma flexibilidad que tiene el dinero en el bolsillo.
La acuñación de metales amonedados surge junto a la nota de papel impresa o billete, para crear los fundamentos de nuestro moderno sistema monetario en los 1600’s. Se dice que quienes crearon y condujeron estos fundamentos fueron los orfebres. Los orfebres comúnmente poseían unas enormes cajas fuertes en los pueblos donde residían. Por esta razón, mucha gente depositaba sus monedas y metales acuñables con los orfebres para su seguridad y protección. Los orfebres daban un recibo a los depositantes con la promesa de entregar al portador del recibo, cuando lo demandara, aquellas cantidades de oro o plata señaladas en el recibo. En realidad cada uno de esos recibos era una nota que podía circular como dinero hasta que algún portador de la nota fuera al orfebre para redimirla por la cantidad de metal en ella especificada. ( Redimir significa: rescatar, dejar libre una cosa empeñada, librar de una obligación, sacar de la esclavitud al cautivo ).
Los orfebres hicieron un importante descubrimiento. Bajo circunstancias normales, sólo entre el 10% y 20% de sus recibos regresaban por rescate en un determinado período de tiempo. El resto circulaba en la comunidad como dinero y por muy buenas razones: el papel era más fácil de cargar que una voluminosa cantidad de monedas y la gente se sentía más segura cargando sus recibos que el oro o la plata real.
Los orfebres se dieron cuenta que podían emprestar los metales no redimidos y cargar intereses y por supuesto, ganar dinero como prestamistas. Sin embargo, al hacer un préstamo así, el orfebre trataría de convencer al prestatario de aceptar el préstamo en forma de un recibo en vez del real metal. El prestatario pondría a circular esta nota como dinero. Podemos ver así que el orfebre ahora ha creado “dinero”con sus “recibos” por el doble de la cantidad real del metal que tiene bajo Custodia en su caja de seguridad; primero, tiene el depósito original en oro o plata y luego, el del prestatario. El orfebre aunque no posea el metal en su caja, simplemente con redactar un escrito sobre un pedazo de papel, alguien más ahora posee su dinero hasta por el valor equivalente al metal que está en su caja fuerte. El orfebre podría continuar escribiendo sus notas en tanto que las que regresaban por redención no excedieran el depósito real de metales preciosos. Prácticamente, un orfebre podría emitir notas cuatro y cinco veces en exceso de su real provisión de oro.
Tan rentable como esta operación puede haber sido, tenía algunos peligros y dificultades. Si regresaban muchas de las notas emitidas por el orfebre para redención muy rápidamente, o el prestario del orfebre se tardaba en pagar, el orfebre podía ser aniquilado. La credibilidad en sus notas podría ser destruida. Sin embargo, si el orfebre realizaba su operación cautelosamente podría llegar a ser bastante rico sin que nunca hubiera producido algo de valor.
La injusticia de este sistema es evidente. Si por cada bolsita de oro que el orfebre tenía en depósito de su cliente, ahora era propietario de un equivalente a cuatro bolsitas; alguien había perdido algo. A medida que las deudas de la gente con el orfebre aumentaban, más y más recursos verdaderos y riqueza eran poseídos por él. Ya que el orfebre no estaba produciendo ninguna riqueza verdadera o recursos, sino que estaba demandando una siempre creciente participación en ellas con motivo de sus notas de papel; fácilmente se convierte en un parásito de la economía.
El resultado inevitable fue el enriquecimiento del tacaño orfebre convertido en banquero a costa del empobrecimiento de otra gente de la comunidad. Este empobrecimiento se manifiesta bien sea en la necesidad de que la gente se desprendiera de cosas de valor o en hacer mayores esfuerzos para crear la riqueza necesaria para poder pagarle al banquero. Si el orfebre no era cuidadoso y su burbuja monetaria estallaba, la gente involucrada con él sufría de todas formas debido a la perturbación causada por el colapso de su banco y por la pérdida de valor de sus notas todavía en circulación.
Ese fue el nacimiento de la banca moderna. Mucha gente siente que este es un sistema inherentemente deshonesto. Y lo es. Es también social y económicamente desestabilizador. Sin embargo, todos los más grandes sistemas bancarios y monetarios de hoy, operan con una mínima variación del sistema descrito arriba.
Allá, por el siglo XVII, la banca de los Médicis en Italia nació con la idea de usar el oro como un artículo sobre el cual basar todo el papel circulante. El oro era vendido como la base perfecta para las notas escritas o papel circulante debido a su escasez y al atractivo inmenso que posee este metal. Así comenzó “el patrón oro”, en inglés “standard gold”, base en la cual todos los bienes y servicios son valorados en relación a, aunque algunas veces con relación a la plata metálica. El patrón oro fue un verdad una fabulosa idea para aquellos que poseían mucho oro y plata pero creaba una dependencia artificial a un artículo que no era ni cercanamente tan útil como muchos otros productos. Pero basar un sistema monetario completo sobre un simple artículo es mejor que basarlo en ningún artículo; aunque basando las notas de papel en el patrón oro estas todavía podrían exceder los metales usados para respaldarlas. La mejor solución es arraigar un suministro de dinero firmemente en el producto total valioso de una nación, de tal manera que el dinero actue como un reflejo preciso de este producto.
Una vez que fue creado el patrón oro, las notas de papel fueron consideradas “tan buenas como el oro” porque el portador podía redimir las notas por oro real. Esto creó un falso sentido de seguridad. Mientras más notas de oro entraban en el mercado, estas gradualmente se volvían menos valiosas lo cual traía como resultado una permanente inflación. Los banqueros, propietarios del oro, debían mantenerse emitiendo un caudal constante de notas porque esa era la forma de ellos obtener beneficios. En la medida en que los banqueros planeaban cuidadosamente y la gente tenía confianza en las notas, las notas escritas podían mantenerse adelante de la inevitable inflación que estas creaban y hacer un enorme beneficio con ellas. Si por el contrario, ellos emitían una superabundancia y muchas de sus notas regresaban por redención, podían como último recurso, devaluar las notas para salvar su oro. En esta forma, el papel moneda inflacionario, aun bajo el patrón oro se volvió una fuente de riqueza y poder para aquellos que tenían el derecho para crear dinero. Esto también generó deudas en una escala enorme, ya que la mayoría de las notas sobre oro se creaban de la nada y liberadas dentro de la comunidad como préstamos reembolsables a los banqueros. Si la gente no pedía préstamos a los banqueros, poco dinero nuevo (fresco) entraba en el mercado y la economía se deprimía.
El método de crear dinero, claramente, destruyó el verdadero propósito del dinero, el cual era representar la existencia de los artículos realmente comerciables. El papel moneda inflable, permitió a un puñado de gente absorber y manipular una enorme cantidad de riqueza verdadera, como lo es los bienes y servicios valiosos producidos por la gente, simplemente mediante el acto de imprimir papel y luego, lentamente destruir el valor de ese papel con la inflación. Esto causa que el dinero se convierta en su propio producto, es decir, hacer dinero con dinero, el cual puede ser manipulado en sus propios términos, generalmente en detrimento del sistema de producción intercambio. El dinero fue creado como un medio para asistir a este sistema, no para dominarlo y controlarlo.
El sistema de papel moneda inflacionario descrito arriba fue la nueva ciencia del dinero instalada por la Hermandad revolucionaria. Una versión antigua del sistema fue establecida en Holanda en 1609. Este fue el año en que las fuerzas españolas y holandesas firmaron una tregua suspendiendo las hostilidades en la Guerra de los Ochenta Años. La tregua marcó el nacimiento de la República de Holanda y la fundación del Banco de Amsterdam en el mismo año.
El Banco de Holanda de propiedad privada, operaba con el sistema de papel inflacionario descrito arriba. Estaba gobernado por un grupo de financistas que reunieron parte de sus metales preciosos para formar el capital básico del banco. Mediante acuerdo previo con el nuevo gobierno de Holanda, el banco ayudó a las fuerzas holandesas a reasumir la guerra contra España, emitiendo para ello notas por cuatro veces en exceso al capital básico del banco. Los magistrados eran entonces capaces de drenar tres cuartas partes del dinero “creado de la nada” para financiar el conflicto. Esto revela la razón primaria del porqué el sistema de dinero inflacionario fue creado. Posibilita a las naciones el combate y la prolongación de sus guerras. También hace de la lucha humana por la existencia física en la economía moderna, mucho más difícil debido a la deuda masiva y la absorción parasitaria de la riqueza que causa el sistema. Es más, la inflación sostenida reduce el valor del dinero en manos de la gente en forma tal que su riqueza acumulada se erosiona gradualmente. Los objetivos Custodios expresados en las historias del Jardín del Edén y en la Torre de Babel fueron enormemente superados por el sistema de papel moneda.
El éxito inicial del Banco de Amsterdam estimuló arreglos bancarios similares en otras naciones. El más notable vástago fue el Banco de Inglaterra, fundado en 1694. El Banco de Inglaterra estableció el patrón para nuestros bancos centrales modernos, refinando el sistema de papel inflacionario de Holanda. El sistema del Banco de Inglaterra fue subsecuentemente esparcido de nación en nación frecuentemente a espaldas de las revoluciones conducidas por prominentes miembros de la red de la Hermandad.
Las reformas globales anunciadas en “Fama Fraternitis” estuvieron bien sustentadas para el fin de la centuria de los 1700’s, y el “nuevo dinero” fue una gran parte de estas, como veremos más adelante.
de William Bramley - Los Dioses del Edén
William Bramley
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