Son dos signos opuestos de eso no hay duda, pero no siempre
actuamos de acuerdo a lo bueno o a lo malo. Y la verdad que ello nos condiciona
día a día, y ese condicionamiento provoca que nuestras acciones se vuelquen de
un lado al otro sin darnos cuenta, y cuando lo hacemos de manera consciente lo
tomamos como algo menor en que en nada nos va a cambiar el acto, y la verdad no
es así.
Vayamos a ejemplos simples pero que seguramente Ud. vivió y actuó
en consecuencia, ¿nunca intento dar una dadiva
a un agente de tránsito por una infracción
labrada de forma correcta?, ¿nunca evito dar una ayuda económica a alguien que
si la necesita?, ¿nunca pensó en la pena de muerte, ante un hecho horrendo? .
Ejemplos hay a toneladas, y de hecho ud ya pensó en otros no escritos.
Ahora vayamos a un punto central, y donde las
justificaciones aparecerán sin duda, ¿Ud es una buena persona? Como respuesta
central, yo digo que “Si” rotundamente, ya que todos estamos hechos por obra y
semejanza de Dios, pero si no quiere poner cuestiones religiosas, pensemos que
todo esto sigue siendo un “si”, ya que de pequeños carecíamos al menos de
maldad, no creo que exista un solo ser Humano que piense que los niños de muy
corta edad lo son…
Entonces que provoca que nosotros como sociedad tomemos
livianamente actitudes que sin duda afectan a toda la sociedad. Por qué dar una
dadiva al agente de tránsito, no dar una limosna, o pensar en la pena de
muerte. Nuestro pensamiento o acciones no son siempre nuestros, piense bien si
esto no es así, cada uno de nosotros fue criados con preceptos culturales,
religiosos, sociales, y no todos tienen un mismo grado de pensamiento de
acuerdo a grado de sus estudios, pero todos sabemos que está bien y que está
mal. Aquí tenemos el primer de los supuestos.
Mucha gente habla de la masa crítica, para que algo suceda,
o la llamada Leyes de atracción, u otras tantas que nos permiten una mejor
vida, todos en mas o en menos conocemos algunas, aquí todo se pone más espeso, pero también no se toman las cosas como buenas
o malas, y todos evitamos pequeños sacrificio, por llamarlo de alguna manera, y
volvemos a caer en el “mal”; ¿dentro de que segmento de la masa crítica nos
ponemos cuando no damos la dadiva al agente de tránsito, o evitamos una limosna
a quien la necesita, o tenemos malos pensamientos respecto del hecho horroroso?,
el cambio nunca se generara positivamente, todo será como efectivamente no se
quiere. Como pretendemos que el mundo, la suerte, los buenos augurios se den sino
somos solidarios, que estamos atrayendo a nuestras vidas más que penurias y desdichas.
Aquí el segundo supuesto.
El tercero y mas horroroso de los supuesto es nuestra mente,
ya que ella de manera lineal intentara justificar el hecho cometido y dirá, “está
mal pagar la dadiva, pero me es imposible pagar la multa”, “ese vago, drogón, y
sucio tipo no merece una sola limosna de parte mía” o “donde están nuestros
derechos si ellos no los tienen por nosotros”; sin embargo lo bueno y lo malo
se siguen desdibujando, pensamos en nuestra posición económica, no sabemos qué
es lo que llevo a ese hombre o mujer a estar en una situación precaria, y
pensamos en la muerte por aquel que hizo algo realmente malo.
Tomemos como una gran dicha poder contar con el Libre
Albedrio, asumir nuestros actos, engrandecer nuestro espíritu ante hechos
buenos aunque esos hechos tengan consecuencias, y pensar libremente sobre los
acontecimientos, lo bueno y lo malo lo creamos constantemente, no es un hecho
azaroso que nos llega de sopetón.
Este articulo es en memoria de Robertito, el era un chico de
9 años que vivía en la calle, consumidor de drogas y ladrón, la ultima vez había
sido detenido con una pistola 9 mm.
A él lo internaban para desintoxicarlo y enviarlo a un hogar
que no por casualidad se fugaba constantemente, en ese entonces dos veces por
semana recorríamos las salas donde estaba internado en el Hospital Fernandez llevándole
alfajores y Coca Cola, sabíamos que de nuestras visitas el tendría al menos un
vinculo y pudiera salir de su mundo nada agradable, y conjuntamente con mi
pareja teníamos el profundo deseo que él pudiera encontrar una buena familia
que lo adopte. Lamentablemente Robertito murió en un enfrentamiento con la policía.
El era un chico de 9 años con una historia familiar nefasta,
padre ausente, madre analfabeta, y como decía el “en la calle como”, “en mi
casa recibo golpes… “. Su muerte fue un golpe durísimo para su abogada,
provista de muy pocos recursos, y de nosotros que solo intentábamos contribuir
en algo por esa criatura. Robertito aparece en esta articulo porque es el
ejemplo rotundo que siempre se puede hacer algo bueno por alguien aunque todo
termine mal, el tubo charlas, chistes, golosinas que lo ayudaban en su adicción,
pudo pensar en otras cosas fuera del mundo de la calle, pintar, dibujar y
enorgullecerse de hacer cosas maravillosas con sus manos, a convivir con alegría
con aquellos que se acercaron a él. Su fuerte adicción a las drogas nos gano la
partida, al resto de nosotros la alegría que al menos el conoció algo que
tuvimos de chicos.
Piense que al menos la utopía de tratar generar el cambio es
más beneficiosa, que quedarse en un conformismo duro y pesimista, que el cambio
aunque sea inútil le puede servir de mucho a alguien, que todo sería muy
distinto se todos tuvieran las cuatro comidas y pudieran actuar con la mente y
no de acuerdo a sus necesidades. La diferencia está en aquellos que tuvieron la
oportunidad de elegir, por que conocieron; no por aquellos que poco pudieron conocer
de la vida.
Tengo la esperanza, que alguno de mis lectores, puedan
pensar libremente en que vereda quieren pararse el futuro, y aunque parezca una
zoncera todo cambia cuando se decide libremente.
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