domingo, 4 de marzo de 2018

Medicina publica:



En los últimos días en mi país se desato una polémica, tan cierta como a la vez ridícula. Para quien no conoce mi país (Argentina) está rodeada de estados, dentro de los cuales esta Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia y chile, mi país esta colmado de grandes desaciertos y virtudes, entre sus aciertos brinda salud gratuita a todo el mundo que  reside o visita nuestro país, esto también ocurre con la educación.
Y si bien esto pudiera asombrar a muchos así es, pero hace apenas unos días el ministro de salud de una provincia limítrofe impulso sin más, la iniciativa de cobrar arancel a todos los que no son nacionales, a él se sumo nuestro presidente, y todo aquel que se sintiera afectado con dicha situación.  
Esta demás decir que tanto ministro, como otros funcionarios abordaron el tema con una profunda inmadurez intelectual, y sin el menor miedo se ser considerados “brutos”.
Detallemos el asunto para ponerlos en tema, muchos extranjeros cruzan nuestras fronteras a fin de tratarse medicamente, y esto conlleva una erogación (según muchos elevada), estos extranjeros vuelven a su país de residencia una vez atravesado sus dolencias.
Pero analicemos desde distintas aristas si esto está bien o mal, los extranjeros al igual que nosotros pagan sus productos con sus respectivos impuestos, y estos se distribuyen en las distintas áreas, salud, educación, y seguridad. Entonces no estarían pagando por el servicio de salud que estarían buscando al cruzar la frontera.
Los extranjeros como ocurre en todo el mundo trabajan en  condiciones paupérrimas, se les pagan bajos sueldo y como si estos males fueran pocos, se los denigra socialmente y culturalmente. Pero tampoco podemos desconocer que sus labores fueron dejadas de lado por muchos Argentinos, como ser la construcción (Bolivianos y Paraguayos), comercio (verdulerías, Bolivianos) y todas estas nacionalidades también ocupan, como dicen las Señoras de bien, el empleo domestico.
Los principales detractores de estas medidas, en más o en menos, fomentan el empleo de todas estas actividades en las condiciones antes detalladas, y se olvidan de algo fundamental, los extranjeros al igual que los argentinos somos portadores del derecho a la salud.
Entre la ira y lo risueño escuche mil barbaridades justificando estas medidas restrictivas, algunas ocurrentes, otras con un matiz racista descomunal. Pero vayamos a lo legal; mi fuerte, al fin de cuentas mi profesión de abogado lo amerita y no creo que alguien tenga la osadía de desacreditar mis dichos… y vayamos a nuestra constitución nacional su artículo 20, esto nos dice:
Artículo 20.- Los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria, comercio y profesión; poseer bienes raíces, comprarlos y enajenarlos; navegar los ríos y costas; ejercer libremente su culto; testar y casarse conforme a las leyes. No están obligados a admitir la ciudadanía, ni a pagar contribuciones forzosas extraordinarias. Obtienen nacionalización residiendo dos años continuos en la Nación; pero la autoridad puede acortar este término a favor del que lo solicite, alegando y probando servicios a la República.
¿Ahora es necesario continuar con tan descabellada estupidez, es necesario decirle a la gente que la condición fundamental de opinar es ilustrarse y acogerse al derecho?, ¿es justo tener a funcionarios de muy alto nivel decidiendo cuestiones ajenas a derecho y cordura?.
Todos los temas merecen ser tratados con la mayor sensatez, mas aun cuando estos son delicados, aquí la libre opinión no existe, si no está cimentada en conocimiento y cultura, fuera de esto, estamos en pleno estado de barbarie.
El artículo no tiene como fin generar más polémica, ni discusiones, sino simplemente ver como de una u otra forma nos llevan de las narices hacia una confrontación inevitable y fomento de otras ligadas a los mismos temas.
El ser libre implica, madures y formación…

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