jueves, 25 de enero de 2018

Ganando nuevos mundos:


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Todos sabemos que cuando adquirimos un placer nuevo, lo desarrollamos y disfrutamos a más no poder, pero cuantos “mundos” perdemos cuando por nuestras creencias nos limitamos a quedarnos en esa baldosa de la quietud…
Es como decir, pierdo tanto dinero en mi negocio, por tal motivo; pero no se cuanto me pierdo de ganar porque mis  ingresos son más que suficientes para vivir. Seguramente si hemos pensado en el primer término, pero no en el segundo.
Ahora somos realmente consiente cuantas veces dejamos pasar esplendidas oportunidades sin darnos cuenta de ello. Seguramente si hacemos un alto, y nos fijamos nos daremos cuenta de una infinidad de situaciones donde aparecen estas cuestiones, y caemos en nuestra infancia, y recordamos con la alegría de la inocencia de un chico, que ya no somos.
Pongamos como ejemplo lo que sucede a menudo en casa, los visitantes lo primero que ven al llegar es nuestra biblioteca, que además de colorida es un pequeño manicomio de tema y todos sin excepción, hojean los libros y dicen que lindo, que buen tema, que loco esto en tu biblioteca y una infinidad de cosas. Pero nadie se anima a pedir prestado un libro, a cambiar de temas de lectura, es decir no hacen nada; en un pequeño tema nos privamos de adquirir, comprar o colonizar un nuevo mundo de conocimiento y placer.
Lo mismo sucede con los prejuicios con nuestros compañeros de trabajo, sin saber si en realidad alguno de ellos, si nos tomamos la oportunidad de conocerlos, pudiera llegar a ser un excelente amigo… aquí hay también un mundo perdido. Pero aquí varia un poco el asunto, y se dirá, bueno el tampoco hizo más que compartir un espacio de trabajo, así que eso nos exculpa de la situación y en vez de inocencia nos somonte la arrogancia del adulto.
Conociendo y placeres hay por doquier solo hay que saberlos buscar, nuestra omnipotencia siempre dominara nuestras costumbres y relaciones, sino actuamos de manera diferente.
No todo está circunscripto a un “sí o un no”,  nada depende de nuestro estatus, nuestra realidad económica o social. Simplemente de tener solo la voluntad del cambio, del movimiento.
Y así como nosotros los adultos perdemos nuevos mundos también nos hacen perder nuestros mayores… ejemplo de esto son las cuestiones religiosas o las políticas, aquellas cuestiones que nos han inculcado de pequeños, y se toman por irrefutables.
Y para no aburrir en demasía, aquí voy por el ultimo, pero el más lamentable de todos los ejemplos al que yo llamo “subir la vara”, cuantas cosas no hacemos por considerarnos poco… no estudio medicina porque no soy capaz de enfrentar tal cuestión, no practico “golf” porque es mucho dinero, no navego porque no tengo ni siquiera un velero, y no sabemos si la carrera que nos hubiese gustado era esa, o si podía con el golf por dinero o si es necesario o no tener un velero… todo está en nuestra cabeza batallando con nuestros anhelos.

La única manera de no estar quieto es estando en movimiento, y ahí está el cambio, “los nuevos mundo que disfrutar”.   

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