“En el principio era el Verbo
Y el Verbo era Dios”
Evangelio de San Juan
El Ser Humano no suele dar la importancia que tiene a la palabra, al sonido que emitimos cuando nos comunicamos. Si la palabra, el Verbo, era Dios – tal como San Juan nos dice en su evangelio – no podemos menos que pensar que la palabra es lo más importante y sagrado que tenemos.
Si aún tenemos duda de su importancia nos basta recordar que el castigo al hombre por su afán de construir una torre que llegase al cielo – es decir, por su soberbia – fue la confusión de las lenguas de tal modo que no pudiesen entenderse entre ellos. Así pues, la palabra es algo más que unos simples sonidos.
Desde el punto de vista del hermetismo no podemos dejar de lado el detalle de las vibraciones. Afirman los seguidores de lo hermético que todo vibra. La obra de referencia “El kybalion” 1 afirma como uno de sus siete principios el de vibración que define del siguiente modo: “Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.” Y ¿Qué es la palabra sino la generación de una vibración que se, viajando a través del aire, llega a oídos de nuestro interlocutor? Fijémonos bien en el proceso: hacemos vibrar nuestras cuerdas vocales para generar una onda de frecuencias variables o moduladas que a través del aire alcanzan el oído de nuestro interlocutor; dichas frecuencias hacen vibrar los huesillos de su oído y dicha vibración es luego interpretada y convertida de nuevo en la palabra original.
Vasariah, em su obra “O Anjo Negro da Pirámide” – Um Capítulo da Magia Faraónica escribe sobre la palabra y afirma que la palabra era la segunda purificación daba al iniciado.
“…La segunda purificación – continuó Hercek – te será dada por la palabra. No por la palabra de algún hombre o ser de cualquier categoría, sino por tus propias palabras, por el espíritu creador que ellas externalizan; por la convicción y certeza en las cosas divinas que ellas transmiten y por las vidas que puedas salvar, dando esperanza a los desamparados, confianza a los dubitativos y fe a los descreídos. La palabra, Orbak, es el don más precioso que el Supremo Creador nos ha dado. Los ojos de la Divinidad derraman lágrimas de alegría al escuchar una palabra creadora y confortadora del Ser Humano.
Quien, diariamente, habla en la vida, en el amor, en el bien, en lo bello y da felicidad solo puede atraer lo que de bueno tiene la vida, pues a su alrededor está formando un campo de vida y de prosperidad en el que las fuerzas de la muerte y de la destrucción no pueden enraizar. En las cámaras negras, ni una palabra de amor o de conservación se escucha, el espíritu destructor enraizó en los corazones de los oficiantes y todos sus trabajos se destinan a la muerte y el aniquilamiento. Mas aquel que vive dentro de Fuego Divino (amor) no teme el hilo de la muerte, porque ese fuego irresistible derrotará la lanza venenosa destinada a tirarle la vida mucho antes, incluso, de que intente aproximarse.
Cuida, mi amigo, que tus palabras sean, en todas las ocasiones, de conforto y consuelo. Recuerda, cuando hables, que no eres tú quien habla, sino la divinidad que has tomado como protectora. Como sabemos, aquel que desea perjudicar a otros o desequilibrar su ritmo vital, lo procura diariamente, diciéndole: “Como te veo abatido” ¿qué sucede contigo? ¡Cuídate que está muy mal!” ¿Cuál es el resultado de todo esto? Si los pensamientos de la víctima no son creadores y constructivos, esto es, si no son positivos, los pensamientos negativos y extraños encontrarán armonía con ellos y, dentro de poco, su salud estará en decadencia y todo su equilibrio psíquico y físico se desajustará. Que tus palabras manifiesten siempre Amor, cariño, vida, conservación y protección hacia todos los seres, de acuerdo con tus pensamientos. Es de esta manera que la palabra de vida de la divina Divinidad que acogiste se manifiesta a los seres necesitados de conforto moral o espiritual, dándoles nuevas energías para poder proseguir en su jornada. Las palabras de la divinidad nunca son de desánimo o de duda. ¿Por qué desanimarse y dudar? Si el ánimo y el coraje de todos los corajes y la certeza de todas las certezas inundas su mente y su corazón. Que tus palabras, mi querido amigo, muestren siempre el Amor constructivo de tu Divinidad, para que recibas la segunda purificación”
Poco más se puede decir, pues las palabras de Vasariah lo condensan y dicen todo. La palabra es nuestro don más preciado, es un don divino Sagrado usado por nuestro espíritu para poder comunicarse con los demás. De su buen uso depende que hagamos el bien o el mal porque muchas veces son las palabras lo que más hiere
Para muchos la palabra es esencialmente mántrica. Los sonidos emitidos, junto con la imagen mental de aquello que representan, son muy poderosos e influyen, no solo en el comportamiento humano, sino en todos sus actos. Cuando realizamos la cadena de unión y pedimos Salud, Fuerza y Amor no debemos hacerlo, pues, solo con las palabras, sino que estas deben expresar los pensamientos de nuestro corazón, de nuestra Alma. Esos deseos deben brotar de nuestro interior y la palabra, frecuencia vida de nuestro Ser, transmitirá dichos deseos a través del Universo. Ese es el poder del egregor formado en dicho momento. Su poder le viene otorgado por la palabra de cada uno de los hermanos que forman parte de la cadena de unión al emplear el Verbo, el don Divino de la palabra.
Por lo tanto, de hoy en adelante, intente vigilar todo aquello que vea y diga. Que sus palabras sean de comprensión y Amor. Y, caso precise imponerse por medio de la palabra, hágalo sin herir a nadie. Intenté hacer de este maravilloso don que posee – el don de la palabra – un vehículo de Paz, de Amor, de equilibrio y de justicia. Si así lo haces podrás decir que eres un iniciado y algunos quizás digan que eres un maestro; si no lo haces así no serás más que un profano, un ser humano más que no ha llegado aún a comprender el poder inmenso que sus palabras posee.
- El Kybalión es un documento del siglo XIX que resume las enseñanzas del hermetismo, también conocidos como los siete principios del hermetismo. Su autoría se atribuye a un grupo anónimo de personas autodenominados Los Tres Iniciados, aunque las bases del hermetismo se atribuyen a un alquimista místico y deidad de algunas logias ocultistas llamado Hermes Trismegisto, cuya existencia se estima en Egipto antes de la época de los faraones y, según la leyenda, fue guía de Abraham.
http://iluminando.org/2018/01/07/el-poder-de-la-palabra/#more-4061