jueves, 17 de marzo de 2016

Realidad.

A medida que pasa el tiempo no sé si soy un afortunado o  un naufrago. Es cierto que no todo el mundo tiene la oportunidad de informarse como es debido, que el tiempo y los medios económicos no son lo suficientemente holgados como para informarse, pero sucedió lo que me negaba a aceptar, la gente se está embruteciendo al punto de informarse con basura; y por informarse no digo que la gente deba tomarse su tiempo, sino la selección de programas televisivos y radiales, sino ocurrirá lo absurdo pero tajante a la vez, de informarse de cuestiones políticas en un programa de chimentos, o de economía en los programas de variedades donde se ofrecen luego de platos de una idiosincrasia diferente.
Siempre fui reservado y mi núcleo de allegados poco saben de mis planes futuros, y doy gracias de ser así, ya que si no mis amarguras serian mayores, hace un par de años había existido la oportunidad de instalarme por trabajo en Egipto, y si bien mi profesión no es de las más acertadas en el país de las Pirámides podía desarrollarla sin dificultades, todo venia muy bien hasta tener que suspender el proyecto por la reinante inseguridad, y ahí comencé a ser el trovador de las malas noticias, he informar que no iría ya que matan gente de la peor manera, donde las diferencias étnicas, religiosas y culturales hacen que se prendan fuego a la gente…
Aquí en mi país solo algunos saben o se interesan por los migrantes que intentan refugiarse en Europa, aunque solo algunos recuerdan al niño muerto sobre una playa. Muchos ya ni recuerdan las peripecias de sus abuelos migrantes, y que gracias a ellos hoy esos olvidadizos disfrutan de al menos un porvenir.
Sé que muchos creerán que son palabras de un enajenado que escribe, pero atrévase a preguntar a cualquier persona de 20 años que es la globalización y descubrirá que la sociedad del mundo va por mal camino.
Nadie hace un alto para fijarse donde se está parado, nadie busca información, nadie sabe de política o economía, salud o educación; pero la gran mayoría sabe sin lugar a dudas sobre el ultimo celular o equipamiento tecnológico. ¿Se puso a pensar alguna vez, cuánto cuesta su celular en horas de trabajo?, ¿Qué esta Ud. perdiendo en esas horas por tener el celular?. Si está de acuerdo, póngase en campaña y haga algo ya…
Hace ya varios años escuche “yo soy apolítico”, y hubiese pagado por ver mi rostro, ya que el que daba ese dicho mostro un cambio ante mi mirada, yo con soltura pregunte si le interesaba su salud, la educación de sus hijos, si le interesaba el valor del dólar, sus próximas vacaciones y la respuesta fue “si”…  juro que al día de hoy no puedo comprender lo vacio del término “apolítico”.
El General Perón dijo alguna vez palabras más palabras menos “que el bruto y la mala persona, solo puede cambiar la mala persona, el bruto sigue siendo bruto”, terrible realidad, ¿pero estamos en esa afirmación andando y andando o se trata de otra cuestión?.
Lo peor de todo no es que se trate de información, de saber, de ilustración sino se trata de ser buenas personas, nuestros valores cambian como todas las cosas, pero debe existir el límite donde decir basta en el camino transcurrido.
Es común en mi país decir “todo lo pasado fue mejor”, y es una afirmación falsa, ya que nadie pueda dar a ciencia cierta que padecimientos se paso para llegar a esa afirmación que tampoco conduce a nada, lo único realista es que el único tiempo que si es el mejor, el  “actual”, ya que lo pasado ya paso, y en lo único que se tiene injerencia es en donde si se puede hacer algo.

Difícilmente escribo, solo cuelgo en mi portal algún tema que comparto, hoy solo lo hago con el solo fin de saber que en algún lugar del planeta alguien que comparta lo que digo no se resigne a una realidad que no comparta…y que si puede hacer algo, no baje los brazos y lo haga.

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