Cuando recurrimos a ella es cundo mas se necesita y no
comprendemos lo importante que ella nos brinda. Por “Fe” entendemos como toda
creencia que nos acerca a lo tan deseado o imprescindible, olvidando que no es
solo una creencia sino un camino virtuoso que nos eleva con su práctica. Si
preguntamos a un creyente, y por ello me refiero a cualquier religión; no es inusual
que se recurra a ella ante un problema
determinado, un tema insalvable que esta fuera de nuestra orbita de acción y
nos encomendamos a nuestro ser superior, pero ese no es nuestro camino o
propósito en si mismo, sino mucho mas. Imaginen que nos dirían nuestros padres
de pequeños si no podemos resolver las cuentas por no saber las tablas… ellos
nos dirían consecuentemente que estudiemos. Y aquí ocurre lo mismo. El camino
de la fe esta plagado de devoción, adoración y por sobre todas las cosas buenas
intenciones. Cuando se habla de resolver un conflicto familiar normalmente nos
olvidamos de intención, queremos la resolución del conflicto o que nuestra
situación sea cómoda y despreocupada, olvidando el poder de nuestro pedido. La
fe no trae un bonus plus de lo que en realidad queremos, sino de lo que
necesitamos; imaginen esta situación cuando elevamos plegarias por un enfermo de
elevada edad… que es lo que se pide, mejora en su salud y mas longevidad, y con
ello olvidamos que todo es finito, y nuestra soberbia y arrogancia mancho
nuestra fe al punto tal de ser una plegaria infundada.
La “fe” no es cuestión solamente de pedidos, sino también de
agradecimiento. Y con ello no me refiero a que todo deba darse con ceremonias
ni ritualismos, con un simple “gracias” sentido de corazón alcanza para que
llegue a donde debe.
Normalmente las cuestiones de fe se dan en personas
equilibradas, y con ellas me refiero a que todo su contexto esta en armonía, no
son personas quejosas, y siempre ven en el futuro mas próximo como buena
aventura, porque de eso si somos responsables, nosotros hacemos nuestro camino,
y nos ponemos bajo la guarda de nuestra deidad.
Nuestra fe no es hacia nosotros sino a todo nuestro
alrededor, y nosotros dentro de ella. Un ejemplo que a mí me marco a fuego como
opera, es cuando veo pasar a bomberos o una ambulancia en emergencia. Mi
sentinimiento es “Dios ayuda a esa gente”, y con ello dejo librado lo que tenga
que ocurrir. La fe es tan perfecta que cuando detecta egoísmos, arrogancia o soberbia
se aleja, y nos da aquello que necesitamos aunque no nos guste.