El significado de la palabra “Hermetismo”
Hermes Trimegistro
El-alam insan kebir, wa el insan alam saghir
El mundo es un gran hombre y el hombre es un pequeño mundo
Hermético quiere decir en el mundo profano, cerrado, impenetrable, se habla de algo que no deja entrar el aire. Hermético sería un contenedor por ejemplo, cuya atribución es encerrar completamente a su contenido. Simbólicamente, el concepto hermético “…sólo se trata de un conocimiento que no es sólo de orden metafísico, sino también de orden cosmológico (entendiéndose, por lo demás, en su doble aplicación “macrocósmica” y “microcósmica”). Es necesario aclarar que la naturaleza del hermetismo permite hablar de una diferencia importante e irreductible, en el que una primera de sus formas se eleva a una condición contemplativa y la otra a una activa, característicos el primero de oriente y el segundo de occidente (Guenón, R.) La primera, no necesariamente en orden de aparición, se caracterizó por su contenido y preocupaciones metafísicas, mientras que la segunda, construyó su naturaleza más propiamente desde la astrología.
Históricamente nuestros autores clásicos (Lavagnini, Guenón, Eliade, Frau-Abrimes) coinciden en que la palabra “hermético” indicaría una tradición u origen egipcio y/o Persa, que luego cruzó hacia la Grecia clásica a través de los reiterados viajes y líneas de comercio hasta su helenización. El imperio Romano, unificó el Mediterráneo y su permisividad para con los diversos cultos que encontró en su camino a construirse como Imperio, sobrevivieron a su control político. Prueba de aquello es la aparición del Culto de Mitra y las primeras Sinagogas en la propia capital del Imperio en el siglo I d.C.
Más tarde, señas del hermetismo oriental se desarrollaron durante la Baja Edad Media en España gracias a la aparición de la kábala y las primeras formas del hermetismo árabe en la península. Pero sin duda que el esfuerzo de las cruzadas, trajo al viejo mundo, lo más notable de las tradiciones herméticas (Picknet, L & Princet, C) La afirmación que acabamos de hacer, no pretende ni de lejos negar que muchos hombres y mujeres del viejo continente, ya eran poseedores de un conocimiento “hermético” –generalmente hablando- tanto metafísico como astronómico: los menhires, los druidas, los conocimientos ancestrales de los germanos (Atienza, J), así como de arios en el corazón de la india, fueron mucho antes de las cruzadas representantes de viejas tradiciones herméticas antes del inicio de las cruzadas, pero el punto es que hemos hablado hasta aquí de un conocimiento específicamente relacionado con la doctrina de Hermes Trimegistro, y no necesariamente con una “tradición hermética”, hemos hablado hasta aquí de un conocimiento que intenta construir un conocimiento tanto metafísico como cosmológico del modo en que el hermetismo egipcio del que somos herederos hace.
Para ser aún más exactos, hablamos de un conocimiento sacerdotal en tanto que la figura de Hermes se asocia siempre con Thot, y por tanto de inspiración supra humana y que “se nos ofrece como un reflejo de esta Gran Obra Celeste y Terrestre que es el Universo y se expresa según un código de módulos numéricos y geométricos que en su estructura, su orden, su ritmo y su unidad configuran lo que se llama arquitectura tradicional. Esta arquitectura “presenta, en la estructura y disposición de las diferentes partes de que se compone, una significación ‘cósmica’, la cual, por lo demás, es susceptible de doble aplicación, conforme a la relación analógica entre ‘macrocosmo’ y ‘microcosmo’, es decir, que se refiere a la vez al mundo y al hombre” (Correa, I.) El propio Hermes Trimegistro, habría enseñado a sus discípulos conocimientos sobre la industria, la cultura, las artes y las ciencias. Pero de entre sus enseñanzas, hubo aquellas que eran secretas y cuyo contenido estaba estrictamente prohibido develar a sus discípulos más que a aquellos que hubieren sido iniciados en terribles pruebas. A esas artes se les llamó Artes Sacerdotales e incluían la Magia, la Alquimia y las ciencias del espíritu entre otras. (Frau Abrines, L)
El término “Hermetismo” es en su origen pues una enseñanza para iniciados, que contiene principios consagrados al cambio, al cambio de uno mismo para su auto perfeccionamiento, basado en principios metafísicos y cosmológicos. Supone un corpus que intenta la comprensión del mundo desde su origen, incorporando aquello que vemos y aquello que no vemos, superando la dualidad impuesta por el racionalismo. Supone originalmente, el conjunto de Artes que hacen posible tal conocimiento orientado al más alto de los fines.
El uso posterior del concepto, derivó a una comprensión más estrecha del “Hermetismo”, divorciando incluso su uso del concepto de la Alquimia y la Magia Se habló de hermetismo para referirse también al ocultismo. Se le disoció de la cosmología y se le igualó al gnosticismo. Finalmente, y habiendo perdido las claves antiguas de su lenguaje para una recta interpretación en el que a Verdad es raramente asible haciendo indefectiblemente necesarios a los símbolos para su entendimiento parcial (Wirth, O.), se le encerró como un conjunto de supersticiones.
El hermetismo es una invitación para el masón cuya vocación, tal y como lo expresa Oswald Wirth, es profundizar en todo. Una invitación a comprender la unidad del todo. Una invitación para desentrañar la maravillosa sabiduría que se encierra en la frase, “el mundo es un gran hombre y el hombre es un pequeño mundo…”
Bibliografía
Atienza, J La meta secreta de los Templarios
Correa, Iñigo Breve sobre el Simbolismo Constructivo
Frau Abrines, L. Diccionario Enciclopédico de la Masonería
Guenón, René Sobre Hermetismo
Picknet, L & Princet, C La revelación de los Templarios
Wirth, O. Teorí y Símbolos de la Filosofía Hermética
https://segundotaller.wordpress.com/2016/11/04/el-significado-de-la-palabra-hermetismo/