Las culturas celtas y preceltas, mantenían un símbolo sagrado, para sus cofradías y hermandades: la oca o el ganso, representadas por la simbología de la pata de la oca ,que al caminar, deja impresa una marca muy semejante al tridente de Poseidón, que fue determinativo de todas aquellas culturas atlantes. El Camino de las Estrellas coincide con el Camino de la Oca y la Concha. Cuando los primeros cristianos comienzan a peregrinar a Santiago, se encuentran con que los pobladores del Camino, tienen profundas tradiciones y hablan de un Camino de las Ocas o de las Estrellas y de un Campo de las Estrellas, al cual se llega por un laberinto que es necesario recorrer para renovarse por dentro. Estas vivencias son imposibles de arrancar; y lo que hacen es cristianizarlas. Las Ordenes, que se van a encargar de cristianizarlas, son principalmente: Cluny, Cister y la del Temple, que a partir del Siglo X, se encarga de las construcciones, que son dotadas de una simbología en consonancia con el cristianismo. Es así, como esos antiguos símbolos: la estrella, la concha, la pata de oca, el cuervo, el lobo, el perro, se adoptan como símbolos cristianos y se incorporan a la peregrinación cristiana. Si superponemos dos patas de la Oca, una hacia arriba y otra hacia abajo, obtenemos la X y la barra que la corta verticalmente, obteniendo la X y con la P (Ji y Ro: iníciales del nombre de Cristo). ¿Las Ocas: Transmisoras de la sabiduría sagrada? Antiguamente, las Ocas eran las guardianes de las casas, alertando de la presencia de intrusos, con el escandaloso ruido que producían. Las Ocas, fueron consideradas el paradigma de la Sabiduría Sagrada. Se basaba en la creencia de que las Ocas, Gansos o Ansares, eran las guías sagradas, enviadas para aconsejar a los Humanos. El cisne es un ave simbólica del esoterismo y ha sido utilizada a menudo por los escritores espiritualistas de Oriente y Occidente. Los orientales, llamaban al cisne sagrado "Hamsa", que está relacionado directamente con el dios creador Brama, siendo éste "Hamsa-Vâhana" o "Vehículo del Cisne". Para aquellos que desean liberarse, el camino del iniciado-cisne, es una senda segura de evolución hacia la luz. El Ayo, Pedagogo o Maestro era conocido como el Ganso. ElMaestro Jars significa: el ansar que enseña, Jakin (vasco) significa: el más sabio. El Camino de Santiago, siguiendo el recorrido de las Ocas Salvajes Las Ocas Salvajes, tienen recorridos migratorios estaciónales y estables y definieron los llamados Caminos de la Ocas. Estos recorridos, coinciden con el Camino a Santiago o Camino de las Estrellas. ¿Cabe preguntarnos si las migraciones de las Ocas, marcaron un camino que seguía la Vía Láctea o Camino de las Estrellas y los Peregrinos lo usaron como guía para llegar a Santiago.? Parece lógico pensar, que los peregrinos, seguían las indicaciones naturales para guiarse hasta Santiago, siguiendo de día el Camino de las Ocas y de noche el Camino de las Estrellas Los antiguos peregrinos, no disponían de Mapas ni Guías y se movían en un mundo hostil, marcado por la existencia de: múltiples reinos, señores feudales, diferentes idiomas, religiones y costumbres, basando su peregrinación en el auxilio de: Iglesias, Monasterios y Refugios. La información oral, transmitida se basaba en puntos de referencia, que tenían que ser localizados y en el recorrido a través de unas sendas señalizadas por elementos astronómicos, geográficos o migratorios : Camino de las Ocas, Camino de las Estrellas.... A lo largo del Camino, es frecuente, encontrar el símbolo de la Pata de la Oca. Se supone, que era uno de los símbolos usados por los Maestros Constructores de la Iglesias y Catedrales. Que relación guarda El Juego de la Oca con el Camino a Santiago El Juego de la Oca, se basa en una Espiral o Caracol, dividido en 63 casillas. La Pata de la Oca y el Caracol eran los símbolos de los "Compañeros Constructores", que levantaban las iglesias de estilo Románico, siendo las mas bellas y esotéricas, las encargadas por los Templarios. Cada una de las Casillas en que esta dividido el Juego de la Oca, guarda una relación con las Etapas del Camino de Santiago. El juego de la Oca, era memorizado y ejercitado, de forma que no se olvidase, convirtiéndose en la Guía del Camino para los Iniciados, de forma que cada casilla marcaba una etapa y su inicio y final se reconocía por los Rótulos que dejaban los Maestros Constructores como marcas. Los Templarios, tenían prohibido por sus Reglas, los juegos de Dados y Ajedrez. El Juego de la Oca, no era un Juego para los Templarios, era una Guía, la Guía del Camino de Santiago, que convirtieron en Juego, para los no Iniciados. En el Camino a Santiago, hemos tenido en cuenta esa relación, para el diseño de las Etapas. Tablero del Juego de la Oca la Guia del Camino de Santiago El Tablero, tiene Forma Cuadrada y lleva dibujada una espiral que esta dividida en 63 casillas, numeradas del 1 al 63. Cada casilla tiene un dibujo y unas reglas. Hay 24 casillas, que tienen asignadas una figuras y reglas fijas. Las demás casillas varían y pueden mostrar diferentes motivos. El viaje de ida, estaría representado por las 32 casillas iniciales, que representan las 32 etapas del Camino. El viaje de vuelta, corresponde a las casillas 33 a 63. Es decir, el Tablero del Juego de la Oca, es la Guía de Ida y Vuelta del Camino de Santiago. Diseñado según la relación de etapas marcada por el Juego de la Oca. El Tablero de la Oca, tiene la misma filosofía del Disco de Phaistos, se puede decir que las casillas o etapas de 1 a 32 estarían en una cara y en la otra cara estarían de 33 a 63. El tablero del Juego de la Oca, es una proyección invertida del Disco de Phaistos, necesaria para simplificarlo y convertirlo en un juego que resultase de fácil comprensión, para alcanzar una rápida difusión. La interpretación de los símbolos, correspondía a los iniciados, el pueblo jugaba sin conocer los significados. El juego, era esencial para no olvidarse de la estructura del Tablero y del significado de los símbolos, recordemos que estamos hablando de una guía no escrita, sino simbólica. Por un momento, pensar en la dificultad que nos presenta la memorización de las claves bancarias, de Internet, correo, etc... Los Símbolos, eran populares y de fácil reproducción, ello permitía solventar los problemas de idioma. El Tablero, en realidad no existía, era la estructura del Tablero, lo que se conocía, pues en realidad, era dibujado sobre cualquier superficie: pizarra, trazos sobre tierra... Las marcas de las iglesias, eran los carteles que indicaban los lugares señalados en el tablero. Disco de Phaistos, el primitivo Juego de la Oca El descubrimiento del Disco de Phaistos, en 1908 en las ruinas del Palacio de Creta (Grecia), abrió una nueva línea de investigación sobre los orígenes del juego. El disco de Phaistos, pertenece al periodo Minoico Medio III y por ello su antigüedad debe estar comprendida el intervalo de 1580 a 1700 a. C. Consiste en un disco de arcilla, de forma circular y aproximadamente 16 cm de diámetro 2,1 de espesor. Ambas caras del disco contienen una espirales que están divididas en 30 y 31 casillas, en las cuales aparecen diversos dibujos, entre los que podemos apreciara la figura de 8 pájaros, que bien podían ser Ocas. Los jeroglíficos representan: Personajes: hombres, mujeres y niños de cuerpo, cabezas desnudas y con cascos.Origen Templario del Juego de la Oca Otra corriente de investigación, atribuye su origen a los templarios, los cuales usarían para sus ratos de ocio en Jerusalén las conchas del “Nautilus”, al cual le asignarían, aparte del componente lúdico, un mensaje criptográfico, que sólo determinados miembros de la Orden, eran capaces a descifrar. La concha del "Nautilus" tiene 63 espacios, que quizás sean el origen del Tablero: las 63 casillas del juego. Los Templarios eran los guardines de losLugares Santos de Jerusalén, así como de los caminos que conducían a los mismos. Esta labor de custodia, se extendió al Camino de Santiago, por entonces, aun en manos de los musulmanes, en muchos de sus tramos en la Península Ibérica. Cualquier investigador o conocedor de las Reglas de la Orden del Temple, nos dirá que esto no es posible, porque las Reglas de la Orden prohibían los Juegos de: Dados y Ajedrez. Pero el Juego de la Oca, no era un Juego para los Templarios, sino la Guía del Camino de Santiago de Ida y Vuelta. Esta Guía encriptada, se basaba en los Marcadores o Carteles anunciadores que los Maestros Constructores dejaban en las Catedrales, Castillos, Monumentos, Puentes, Cementerios... El tiempo y nuestra ignorancia, quizás hayan borrado muchos de esos escritos y marcadores. Recordamos que estas inscripciones se hallaban en en el Alfabeto de los Templarios y usando criptografía. Hemos descubierto la Guía del Camino de Santiago, ahora nos queda localizar los Carteles. Te invitamos a ayudarnos y cooperaren tan ardua tarea. El Juego de la Oca, es un Mapa encriptado del Camino de Santiago de Ida y Vuelta El Juego de la Oca, es un mapa cifrado del Camino de Santiago, donde los Templarios marcaban los lugares, que tenían una determinada significación. Es un jeroglífico, donde los símbolos, eran conocidos por toda la Orden, y que permitía un entendimiento a todos los caballeros de la Orden, independientemente del idioma de cada uno. En otras palabras, el Juego de la Oca, era la Guía del Camino de Santiago de Ida y vuelta. Pero, ¿cómo reconocer los lugares indicados en la Guía? Los Templarios, eran monjes y soldados y compartían los Mensajes Ocultos con el gremio de Compañeros Constructores, que realizaban las catedrales y monumentos dejando los símbolos que reconocían los Templarios y marcaban las Ubicaciones que figuraban en el Juego de la Oca. Tenemos resuelto los problemas de: Idioma, Guía y los Carteles anunciadores de las Ubicaciones. Pero te estarás preguntando, si cada iniciado Templario se desplazaba, con un Tablero de Juego de la Oca debajo del brazo. Nada de eso, cada época tiene sus soluciones y son tan fáciles que a veces nos resultan inimaginables. Origen Probable del juego de la Oca Lo mas probable es que el Disco de Phaistos no se corresponda ni sea el origen del Juego de la Oca, pero quizás otros discos o juegos conocidos por los Templarios en Tierra Santa fuesen el embrión sobre el que los Templarios desarrollaron un Juego y Guía Jeroglífica. Era importante que fuera un juego, porque ello permitía refrescar continuamente la memoria de los iniciados sin peligro de olvido. Pensemos en el problema que tenemos hoy día con las claves de los programas, bancos... Los Símbolos, eran vulgares y ello permitía un rápido conocimiento entre la población, que no necesitaba conocer el significado oculto. El Tablero, era de fácil representación, fácil geometría, fácil de ubicar, orientado, direccionable, ordenado y métrico. Habida cuenta que era un juego, no es de extrañar que otras ordenes Religioso-Militares, como los Hospitalarios o Caballeros Teutones, contribuyesen a la difusión del juego en el área geográfica de influencia, pero sin el el componente criptográfico-esotérico. Origen de la expansión lúdica del Juego de la Oca La invención del juego de la Oca, es anterior al siglo XI, pero cuando alcanzo una verdadera eclosión como juego, fue durante el reinado de emperador español Felipe II. El mecenas italiano, Francisco de Médicis, regaló a Felipe II, un Tablero y dados del juego, los ociosos cortesanos y cortesanas, pronto empezaron a matar el aburrimiento con tan divertido Juego. En ese momento, Madrid, era la capital del Imperio donde “no se ponía el Sol” y todos los gobernantes mundiales, estaban mediatizados por las decisiones que se tomaban en Madrid, que influían en una rápida aceptación y difusión de nuestros gustos y modas. El Juego de la Oca, sustituyo prácticamente al Ajedrez, en las Cortes europeas, siendo un preciado regalo intercambiado entre los nobles.
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sábado, 26 de septiembre de 2015
El Juego de la Oca y su relación con el Camino de Santiago
El dinero y el crédito bancario
EL DINERO Es curioso comprobar cómo sujetos altamente versados en diversas ramas del saber humano, exhiben una ignorancia su pina en cuanto se ocupan del tema del Dinero. En general, doctos e ignorantes, lo único que saben a propósito del Dinero es que siempre andan escasos de él. En una época como la actual, en que los que controlan la llamada opinión pública atraen la atención de las gentes sobre tenlas tan insólitos como exóticos -la Atlántida, los extraterrestres, la Primhistoria, la Parapsicología, los fenómenos “paranormales”, la vieja “sabiduría oriental” y un larguísimo etcétera- parece extraño que, así como en Arqueología, Historia, Filosofía, son -y no lo criticamos apriorísticamente- unos verdaderos revolucionarios, en cambio, cuando se trata de abordar el tema, de palpitante interés, del Dinero, nuestros “fabricantes de la opinión” son unos auténticos reaccionarios. Para ellos siguen vigentes los viejos conceptos de la Economía Medieval, ellos, ¡tan progresistas!. Para ellos, el Dinero es una mercancía, pero es evidente que el Dinero, como medio de cambio, -que eso es lo que es y no otra cosa- debe ser, por encima de todo, estable, y una mercancía sólo será estable mientras su oferta esté bien equilibrada como su demanda, y esto no le puede interesar, lógicamente, a un comerciante de dinero, pues a éste lo que le interesa es que la demanda sea muy superior a la oferta, para subir el precio de su mercancía. ¿Que es el dinero? El Dinero no es más que un medio utilizado como calculador o contador de riqueza. Como medio de cambio que es, su valor procede de su aceptabilidad. Charles A. Lindbergh, Sr., lo definió como “algo que ha llegado a alcanzar tal punto de aceptabilidad que no tiene importancia de qué metal esté hecho ni porqué la gente lo desea, pues nadie rechazará tomarlo a cambio de bienes o servicios” (Charles a. Lindbergh, Sr. : “Banking and Currency and the Money Trust” p.81). También se ha dicho que el Dinero es como un boleto universal. Una empresa teatral, una ferroviaria, o de autobuses urbanos, emiten sus propios boletos, cuya posesión da derecho a utilizar los servicios de tales empresas. Pues bien, el dinero es, repetimos, un boleto universal o, dicho de otra manera, una reclamación de su poseedor contra sus conciudadanos; reclamación cuyo origen es, precisamente, un trabajo que se ha hecho en pro de la comunidad. Pero la mejor definición la da Sir Arthur Kit son cuando dice: “El Dinero es la Nada que se obtiene por Algo antes de que se pueda obtener por cualquier cosa” (Arthur Kitson: “A Fraudulent Standard”, p. 69). Examinémoslo: el Dinero es la Nada, es decir, un pedazo de papel cuyo valor intrínseco es nulo. Se obtiene por Algo, o sea. por un trabajo en pro de la comunidad. y con él se puede obtener cualquier cosa que pertenezca a dicha comunidad. Hemos dicho que el Dinero es un medio de cambio: más exactamente, es el medio de cambio. Todos los productores emplean su tiempo y energía en proporcionar bienes y servicios útiles a la comunidad. Las cosas que producen, sin consumirlas ellos mismos, pasan a disposición de la comunidad. A cambio, reciben dinero, que es como una reivindicación sobre bienes que otros han producido. Al ser el instrumento de cambio, el dinero pasa igualmente a ser el instrumento de medida. El dinero mide la riqueza de una comunidad, exactamente de la misma manera que el metro mide las longitudes y el kilógramo los pesos. Partiendo de ese indiscutible principio, el valor de una moneda debe permanecer estable. Si ello no es así y si los precios se disparan, ganando siempre la carrera que disputan con los salarios, es debido a las manipulaciones de los siniestros funcionarios del Puente del Diablo. Ha llegado el momento de que nos ocupemos del “modus operandi” de esos caballeros. EL GRAN TIMO La inmensa mayoría de la gente imagina que un banco es un lugar respetable y seguro, para depositar, o bien para ir a tomar prestado dinero que otras personas han depositado. No obstante, los bancos prestan hasta nueve veces más dinero que el que realmente guardan en sus cajas. ¿Cómo es ésto posible? Porque los bancos, realmente, no prestan nada. Sólo lo hacen ver. Cuando un banco presta dinero, o, para emplear la terminología bancaria, abre un crédito, lo único que realmente hace es aceptar el crédito del prestatario. Vamos a exponer, tratando de aunar brevedad y claridad, cómo se perpetra este auténtico timo, porque timo es al concurrir en su comisión todos los requisitos de tal delito. Aún cuando el negocio bancario y su corolario, la usura, se remontan a la época de Babilonia, la Banca, en su forma moderna, apareció en Europa a principios del siglo XVII, primero en Lombardía y en Holanda, luego, inmediatamente, en Inglaterra va renglón seguido en los demás países de nuestro Continente, para aparecer en los Estados Unidos poco después de su configuración como Estado independiente. En aquéllas épocas, los poseedores de oro y plata -metales que, por su relativa escasez, eran los más adecuados para servir de .moneda oficial ténder en un tiempo, precisamente de escasez- lo entregaban, para su custodia, al banquero que los guardaba en una caja fuerte. Evidentemente, no era cómodo, ni seguro, desplazarse llevando constantemente encima el oro y la plata -o las monedas que de ambos metales más adelante se hicieron- y, por otra parte, era recomendable guardar el dinero en un banco, dotado de una sólida caja fuerte, custodiada constantemente por un guardian armado. El banquero prestaba, pues, un servicio, y por tal servicio era lógico que cobrara, decimos “cobrara”, unos honorarios. Al entregar su dinero en el banco, los depositarios obtenían un recibo que les entregaba el banquero, y sobre tal recibo -documento, en sí, intachable- se iba a montar el mayor timo de todos los tiempos. En efecto, el banquero era un hombre observador y pronto se dió cuenta de que la gente utilizaba esos recibos como si de auténtico dinero se tratara. Esos recibos, respaldados por dinero auténtico, hacían la misma función que el dinero, es decir, servían para adquirir mercancías y contratar servicios. Como tales recibos no era nominativos, cualquier persona, que a lo mejor nunca había depositado dinero en el banco, podía presentarse en la ventanilla de pagos del mismo, y, exhibiendo un recibo por una cantidad determinada de dinero oficial, o legal, exigir tal cantidad en el acto. Un inciso imprescindible: decimos dinero oficial, o legal, porque esos recibos, al ser aceptados por la comunidad como medio de pago, se convertían automáticamente, de hecho, en dinero. También se dió cuenta, el banquero, de que, en promedio, los impositores sólo retiraban, en un período determinado de tiempo, el diez por ciento del dinero depositado. O dicho en otras palabras, que el noventa por ciento de sus depósitos permanecían en sus cofres, y que con el diez restante tenía suficiente para hacer frente a los recibos que se le irían presentando al cobro. La tentación era demasiado grande para el banquero, hombre cuya conciencia no sentía excesivamente el embarazo de los escrúpulos, o no podía sentirlos por sus condiciones étnicas y religiosas. Y se formuló a sí mismo la siguiente pregunta: ¿Por qué no poner en circulación más recibos, representando nueve veces más valor que el dinero que, efectivamente, tenía en su caja fuerte? Para él, formular así esa pregunta equivalía a responderla en el sentido deseado por su yo íntimo. Es decir, que multiplicó por nueve sus recibos -comprometiéndose a pagar un dinero que no tenía, o, como máximo, sólo tenía en una novena parte -y empezó a prestarlo a particulares y, sobre todo, a comerciantes, cobrando un interés por ese dinero inexistente. En realidad, más que inexistente, ficticio; pues existencia, aunque fraudulenta, la tenía, al entregarse mercancías y servicios por él. Este fue el fraude original, que ha perdurado hasta nuestros días, y que está en la raíz de todos nuestros males económicos. Como dice Gertrude Coogan, “los banqueros pueden justificar sus prácticas como gusten, pero el hecho es que cuando prestan su ‘crédito’ a interés lo único Que hacen es crear dinero privado, que luego pueden reclamar y destruir a su voluntad para desesperación y empobrecimiento del prestatario” (Gertrude M. Coogan: “Money Creators”, pág. 18) quien periodicamente se ve obligado, por la artificial escasez del dinero-crédito, a entregar bienes auténticos por el dinero-crédito que tomó en préstamo. El banquero, al proceder de esta guisa, efectivamente, ha creado dinero. Y para crearlo lo único que ha necesitado ha sido que un empleado del banco tomara una pluma, o un bolígrafo, y escribiera en el Libro Mayor del banco, una cifra cualquiera, pongamos diez millones de pesetas, en el saldo deudor del prestatario. Pero, al mismo tiempo, en el saldo acreedor del mismo, se ha anotado la garantía que éste ha debido ofrecer contra el préstamo bancario. Dicha garantía, que siempre debe ser un bien tangible, una casa, unos terrenos, unas cosechas o el título de propiedad de una industria, siempre vale más que el dinero que el banco presta. Al prestatario se le entrega un talonario de cheques, que permiten fraccionar cómodamente el importe del préstamo, luego se le carga en cuenta un interés por dicho préstamo, interés que oscila entre un cinco y un nueve por ciento en las épocas relativamente “tranquilas”, pero que puede ser mucho más elevado en las épocas turbias y la operación ha sido puesta en marcha. Detengámonos un momento para hacer las siguientes observaciones: a) Al poner en circulación de hecho, más dinero, que aparece en el mercado antes de que el mismo haya podido generar más riqueza, se ha puesto en movimiento un proceso inflacionario, es decir, se ha hecho perder valor al dinero que existía ya en circulación.Según se demuestra en los apartados a) y b) el banco, al crear una situación inflacionaria, ha robado a todos y cada uno de los miembros de la comunidad. El hecho de que las actividades bancarias hayan sido legalizadas por la Administración Pública en todos los países no disminuye en un ápice su ilegitimidad fundamental. El que un Estado, o cien Estados, decreten, como testaferros que son de la Alta Finanza, que la creación privada de Dinero es legal cuando la realiza un banco e ilegal cuando la lleva a cabo un falsificador de moneda no modifica en absoluto el hecho de su radical inmoralidad, desde el punto de vista ético, y de su inoperancia, desde el punto de vista económico, exceptuando, claro está, la privada economía de los bancos y sus adláteres. Y tal como queda demostrado en el apartado c), no contento con robar a la comunidad, el banco ha cometido, con su cliente al que ha concedido un préstamo, un verdadero abuso de confianza, al cambiar una promesa que vale, digamos X menos los intereses cobrados anticipadamente, por una realidad (títulos de propiedad de bienes tangibles) que vale, por lo menos X multiplicado por dos. Y que no se objete que el cliente es muy libre de aceptar o no el “cambio” que le propone el banco. El cliente está convencido de que lo que el banco le presta son los ahorros de otro conciudadano y que por este préstamo hay que pagar un alquiler, llamado “interés”. Pero no terminan aquí las actividades del banco; en realidad, los funestos efectos de sus actividades apenas tienen relieve alguno si se comparan con lo que sigue. Volvamos al momento en que el banco -en realidad, más que el banco o los bancos se trata del sistema bancario, pues todos actúan de manera mancomunada- ha abierto créditos representando hasta nueve veces más dinero del que realmente tienen en caja. De momento, el sistema parece dar resultado. La euforia general disimula el robo que se ha cometido. Pues es evidente que un auténtico robo ha tenido lugar; al crear dinero nuevo, el banquero, al igual que un vulgar falsificador, ha robado un poco a cada uno de sus conciudadanos y ha obtenido interés sobre el “dinero” robado (J. Bochaca: “La Finanza y el Poder”, pág. 11). Gracias a la emisión brusca de dinero nuevo se ha podido desarrollar nueva riqueza, el comercio se halla en pleno apogeo y se ha llegado al, por todos, soñado “pleno empleo”. Cada vez que un prestatario devuelve un préstamo al banco, con sus intereses acumulados, el banco se apresura a ponerlo de nuevo en circulación. Se ha originado lo que los economistas clásicos llaman el “boom” que en los países latinos se denomina “euforia de mercado”. Los precios suben en vertical, mientras toda clase de productos se ofrecen a la venta (lbid. Id. Ob. Cit., págs. 12-13). Pero el banquero se da cuenta de que esta subida de precios continúa sólo mientras continúan produciéndose préstamos. Cada vez que el banquero deja de hacer dichos préstamos -o, en otras palabras, de crear nuevo dinero- los precios dejan de subir, y al dejar de subir, los negocios se hunden. La posibilidad de continuar haciendo más negocios en un mercado alcista ha desaparecido. ¿Por qué? Pues porque ahora el banquero empieza a verse en dificultades, a causa de que el volúmen de sus préstamos se halla ya rondando el 900 por ciento de sus reservas en caja. Ya corre el riesgo de que cualquier demanda de dinero auténtico por parte de sus impositores, que por cualquier motivo se produzca en un momento dado, ponga en evidencia, ante toda la comunidad, el verdadero timo a que ésta se ha visto sometida por parte del aludido banquero. Cada crédito que él ha abierto, representado por cheques, así como cada recibo que ha extendido a sus impositores por el dinero que le han cedido temporalmente para que los custodie, representan promesas de pagar oro y plata (en la actualidad papel moneda ténder del Estado). Es decir, que tanto sus impositores como sus prestatarios pueden exigir, de un momento a otro, dinero auténtico, es decir, oficial, emitido por el Estado, a cambio de sus recibos. ¿Qué le queda por hacer al banquero en la circunstancia dada? Sólo una cosa: cancelar una parte sustancial de los créditos que ha abierto. En consecuencia, llama a su oficina a algunos de los industriales a quienes ha prestado sus “promesas de pagar” y les invita a devolver, digamos, la mitad del crédito. Los industriales, probablemente, protestarán, no comprenderán nada ante la súbita demanda del banquero en unos momentos en que todo parece ir a las mil maravillas, pero, finalmente, en vista de la cada vez más firme insistencia del banquero, deberán devolver la cantidad solicitada. Para convertir en dinero líquido -el dinero que les exige el banquero con tan súbita celeridad- sus stocks, los industriales deberán vender como sea, es decir, deberán malvender una parte substancial de los mismos, y, al mismo tiempo, se verán obligados a forzar a un pago inmediato a algunos de sus clientes Que habían comprado sus mercancías a plazos. Toda la operación generará, en cascada, una serie de pérdidas para industriales e intermediarios del comercio y, por vía de consecuencia, provocará una reducción general del volúmen de los negocios, es decir, en última instancia, el paro. Pero éste es sólo un aspecto del caso, ya que, en muchas de las situaciones que se van creando, los industriales no logran realizar sus stocks cuándo y cómo lo exige el banquero, y éste ejecuta las garantías que contra ellos posee, apoderándose así, a cambio de nada, -pues nada más que falsas promesas les prestó- de bienes reales, que pasan, de este modo, con toda la legalidad y toda la inmoralidad del mundo, a ser propiedad del banco. La normalidad ha vuelto. Entretanto, muchos industriales y comerciantes -más de aquéllos que de éstos- se han arruinado. Los precios de todos los artículos han subido; los salarios, por fuerza, también, pero menos que aquellos. Una gran parte de la sociedad, sobre todo las llamadas clases medias, se ha proletarizado un poco más. El único ganador, en toda la línea, es el banquero. El, que no ha hecho nada, aparte de perpetrar una falsificación de moneda en gran escala, ha obtenido beneficios inmensos, en bienes tangibles, y, lo que es más importante, ha visto confirmada su facultad de continuar creando dinero a expensas de la comunidad, lo que le convierte en el hombre más poderoso del país. Todavía más, en el colmo del cinismo, aún se permite amonestar severamente a sus conciudadanos, diciéndoles que la reciente crisis se ha producido porque han querido vivir por encima de sus medios. La sencilla objeción de que la comunidad sólo pretendía consumir lo que había producido con su trabajo, es olímpicamente despreciada. La ignorancia general en asuntos financieros, cuidadosamente cultivada por los testaferros al servicio de la misma. es el muro del silencio ante el que se estrellan el sentido común y el instinto popular, que rechazan vigorosamente la idea de que una gran parte de los miembros de una comunidad se hayan arruinado precisamente por que han trabajado demasiado y han producido, con su trabajo, una oferta de bienes que no ha colmado aún la demanda de los mismos. La normalidad ha vuelto, decíamos. Nuestro banquero ya puede volver a poner en funcionamiento la máquina del Gran Timo. Las ovejas del humano rebaño ya se hallan prestas a ser esquiladas una vez más. EL CRÉDITO BANCARIO En la génesis del Gran Timo hemos mencionado en diversas ocasiones la palabra Crédito, generalmente unida a otra palabra: financiero. Analicemos esto. La palabra crédito, se deriva del latín “credere”, que significa creer. En pocas palabras: el crédito de algo o alguien no es más que la confianza que inspira -si se trata de una persona- o la creencia en su capacidad de hacer lo que de ella se espera -si se trata de una cosa-. El crédito de una comunidad es, pues, la creencia racional en su capacidad de producir, distribuir y consumir las mercancías y servicios que precisen sus miembros. Es claro que la capacidad de hacer esas cosas depende exclusivamente de realidades como el talento de los miembros de la comunidad y su capacidad de trabajo, así como de los recursos del suelo y el subsuelo de dicha comunidad. No depende, en absoluto, del número de billetes de banco que decide imprimir esa comunidad, ni de la cantidad de oro que ese país atesore en las arcas del banco central. Debiera resultar clarísimo para cualquier cerebro independiente que, en cualquier comunidad que no fuera un asilo psiquiátrico o el presente mundo capitalista-comunista, el dinero debe estar basado en la cifra que representa el crédito real de tal comunidad. Entonces, y sólo entonces, la apelación crédito financiero no sería ya una denominación impropia. Por el contrarío, sería el único nombre que debiera darse al dinero, ya que el crédito financiero sería, entonces, el reflejo, en billetes, del crédito real (Maurice Colbourne: “The New Economy”, p. 379). En una palabra, las cifras reflejarían, exactamente, los hechos. En cambio, en la realidad, en nuestra triste realidad de la Miseria en la Abundancia, sucede que el crédito financiero no tiene nada que ver con el crédito real, sino que no es más que un múltiplo del oro que poseen los bancos. De manera que nuestro dinero, en vez de basarse en mercancías producidas por un trabajo honrado, se basa en el oro. Más trágico aún: a veces no se basa ni en eso, sino en una pura ficción, en la suposición de que la gente no se apercibirá de que los bancos están falsificando dinero, construyendo, sobre los billetes auténticos emitidos por el Estado, una pirámide invertida de “créditos” nueve veces mayor de lo que se supone. Además, al ser emitido por el sistema bancario con la condición de serle devuelto con intereses, el crédito financiero pasa a ser una mercancía, negociable como cualquier otra. La moneda de la nación pasa a ser una mercancía, sujeta al mismo tráfico de que son objeto las mercancías, incluyendo la ley de la oferta y la demanda. La función básica del dinero, es decir, servir de instrumento de cambio y medida de las mercancías y servicios producidos por la comunidad, es así, completamente adulterada. Y ahora, volvamos a los bancos, los creadores del Dinero. La función básica de los bancos consiste, en la práctica, en transferir fondos de una de sus cuentas corrientes a otra. Esto, naturalmente, se hace sustrayendo de una cuenta y añadiendo a otra, mediante una sencilla operación aritmética. El hecho de que las cuentas, posiblemente, se hallen en diferentes bancos no tiene ninguna importancia, porque, como se sabe, los bancos trabajan en tan estrecha cooperación a través de las cámaras de compensación, que funcionan, casi, como si se tratara de un sólo banco. Es preciso tener muy presente que los bancos transfieren inscripciones representando dinero, no dinero auténtico, es decir, papel moneda emitido por el Estado. Un cheque es una orden dada al Banco para que transfiera dinero -en realidad, como ya hemos dicho, inscripciones de dinero- de una cuenta a otra. El dinero, en la forma de metal o papel, es muy poco usado en los bancos. En España, el 85 por ciento de las transacciones se hacen mediante el sistema de cheques. En los Estados Unidos, el 95. La moneda se usa para pagar pequeñas facturas, para ir al mercado, para distracciones; etc. Pero los pagos importantes, alquileres, impuestos, plazos, etc, se hacen, cada vez más, por cheque. Los bancos poseen dinero-crédito en circulación cuando hacen un “préstamo”, pero en realidad, no prestan nada. Cuando el banco hace un “préstamo”, el prestatario da su acuerdo a que, si no paga en el momento del vencimiento, su propiedad, llamada colateral, que vale mucho más que el crédito que solicita, se convertirá en propiedad del banco. El banco, entonces, comete un fraude al inscribir el activo del prestatario en el Haber de sus libros contables, a pesar de que todavía no es suyo y, posiblemente, nunca lo será. Entonces, el prestatario debe tomar prestado ese mismo crédito riqueza) del banco, pagando un interés. El crédito es, entonces, transferido de la cuenta del banco a la del prestatario. De hecho, según un principio de equidad, el activo del prestatario debiera ser inscrito en su propia cuenta, para empezar. Luego, el banco garantiza los pagos del prestatario hasta la suma representada por el préstamo, siempre inferior al valor del activo que sirve de garantía. El prestatario empieza a pagar sus facturas con el “dinero” de su cuenta, mediante cheques. A riesgo de incurrir en machacona repetición, recordamos que los bancos sólo transfieren inscripciones de riqueza, o, si se quiere, de dinero, pero no dinero en forma de metal o papel moneda. “El préstamo empezó en la forma de una inscripción hecha con pluma o bolígrafo en los libros del banco, representando la propiedad del prestatario en forma de garantía. Aunque técnicamente nada lo impida excepcionalmente, un banco nunca entrega monedas, billetes, ni nada que tenga algún valor cuando hace un préstamo” (Thomas Porter: “The Green Magicians”, pág. 5). Los bancos utilizan los billetes y monedas depositados por sus impositores como fondos de reserva, que nunca es prestada. Lo que prestan es una cifra que oscila sobre el 900 por cien de tales fondos de reserva. El interés pagado por éste dinero-crédito es indebidamente cargado y constituye un beneficio inmoral. ¿Por qué es inmoral? Pues porque, si el crédito -como lo hemos definido al principio de este epígrafe- el crédito real de una nación lo constituyen, a la vez, las riquezas potenciales de la nación y la inventiva y laboriosidad de sus habitantes, cuando el banquero abre un “crédito” a alguien y le cobra un interés por ese “crédito” no hace más que “prestarle” algo que ya es suyo, con el agravante de cobrarle dicho interés. Es como si a uno le hicieran pagar un alquiler por el uso de la casa que heredó de su padre... La práctica bancaria podría justificarse si los banqueros prestaran no un múltiplo, sino un sub-múltiplo del total de sus reservas, por ejemplo la mitad, o dos terceras partes, conservando el resto para hacer frente a las demandas normales de sus impositores, y cobrando por ese préstamo, que entonces podría denominarse tal, pues sería hecho en papel moneda, un alquiler, es decir un interés no acumulativo, del 2 o el 3 por ciento como máximo, y la garantía, o propiedad colateral, sería de un valor similar al del importe del préstamo. El sistema en cuestión estaría muy lejos de ser el ideal, -pues este consiste, fundamentalmente, en que el dinero es instrumento de medida y cambio, pero no mercancía-, pero por lo menos evitaría el caos económico que estamos padeciendo, y cuya motivación no es otra que la creación privada de dinero falso. Pero lo que no puede justificarse en modo alguno es la actual práctica bancaria, que constituye el más fabuloso negocio que se ha hecho y se hará, consistente en los siguiente: a) Con cien unidades monetarias pertenecientes a un tercero, se “abren créditos” por novecientas unidades. A los prestatarios, de momento, se les hacen entregar, en garantía, títulos que representan, aproximadamente, mil quinientas unidades.¿Sabe, el llamado hombre de la calle, que un buen negocio textil, por ejemplo en el ramo de las fibras sintéticas deja, en épocas denominadas de prosperidad, un 7 o un 8 por ciento, con el dinero que se expone, que pertenece, naturalmente, a los propietarios del negocio? ¿Sabe que, en el ramo de la metalurgia, -y hablamos, como en el ejemplo anterior, de España- la rentabilidad raramente llega al 5 por ciento? ¿Le han informado que en Inglaterra, en el sector algodonero, los beneficios no llegaban en la buen época, al 4 por ciento mientras en la actualidad las pérdidas superan tal porcentaje y las empresas quiebran a centenares? ¿No ha leído, en la prensa diaria, largas listas de empresas que deben suspender sus pagos, precisamente porque sus acreedores no les pagan tampoco a ellos, mientras en tales listas no aparece jamás, JAMAS, el nombre de un sólo banco? ¿Y no le han llamado la atención que mientras los productores se arruinan y los consumidores no pueden consumir lo que el trabajo de todos ha producido, los bancos surgen como setas en las fachadas de los mejores edificios de las ciudades y sus balances registran siempre enormes beneficios? ¿No crees, lector amigo, que resulta bochornoso que a una comunidad que, con el trabajo de sus miembros, ha producido una riqueza que espera ser consumida, se le diga, como hicieran en España el Señor Villar Mir y en Francia el Señor Chirac, que ha estado viviendo por encima de sus medios y que debe apretarse el cinturón? ¿Es que hay alguién capaz de proporcionar una explicación verosímil a eso de “vivir por encima de nuestros medios”? Por que, naturalmente, los interfectos, que debían verlo muy claro, negligieron explicárnoslo a los simples mortales. Los linces de la prensa también debieron verlo clarísimo, y en España asistimos al cómico espectáculo del vapuleo general a que fue sometido el tal Villar Mir, por media docena de razones “políticas”, absolutamente inocuas, mientras ningún plumífero le pidió una sola explicación acerca de eso de “encima de nuestros medios” y de “apretarse el cinturón”. Y, para terminar, por ahora, con el crédito bancario, una sencilla demostración -una más de su completa inviabilidad. Supongamos que el dinero, que vamos a llamar A, de una determinada comunidad, es un dinero sano, sin la tara de la Deuda. (Pues en nuestro extraño mundo moderno la mayor parte del dinero, creado por los bancos nace en forma de Deuda, que debe ser cancelada precisamente cuando más necesario es, o sea en el momento en que debe servir para distribuir lo que se ha producido). Pues bien, un buen día, los bancos empiezan a crear dinero-crédito, cuyos intereses, llamaremos B. Esa deuda, es decir “B”, será cargada en los escandallos de todas las mercancías. Es evidente que el dinero auténtico de la comunidad, “A”, no puede comprar lo que se ha producido, que costará “A más B”. Bueno, en realidad hay un medio. Consiste en que el banco cree más dinero-crédito al que vamos a llamar “C”. Todo sería perfecto, si no fuera que “C” nace con un hermano siamés, su interés, que llamaremos “D”. De manera que tampoco A más C podrán comprar algo que cuesta A más B más C más D. Se irá saliendo del paso a trancas y barrancas, hasta llegar el momento en que el Dinero Abstracto -que así le llaman tambiénsuperará en nueve veces a “A” . Entonces se llega al final del ciclo: el banco cancela gran parte de sus préstamos, se incauta de ingentes cantidades de riqueza real y puede prepararse el siguiente ciclo inflacionario. A ESCALA MUNDIAL... Una vez trazado el esquema de las actividades del banquero “nacional”, es decir, del hombre que inventa un dinero que no existe, pero al que extrae un interés que hace pagar a sus conciudadanos, convendría ahora, observar la otra vertiente de las actividades bancarias. El banquero “internacional” abre créditos a firmas que se dedican al comercio con países extranjeros: compañías importadoras o exportadoras, fletadores, navieros, agentes de aduanas, compañías de seguros, etc. Le interesa a este banquero que el volumen del comercio exterior se mantenga a un buen nivel, para preservar la aceptación de sus préstamos. Es evidente que cuando los colegas de este señor, los banqueros “nacionales” se hallan a principios o a mediados del ciclo inflacionario, es decir, que están concediendo abundantes créditos y queda aún lejos el fatídico cociente 9, el volúmen de las exportaciones tiende a disminuir, ya que las gentes pueden comprar las mercancías que se producen en el propio país, y éste sólo exporta sus excedentes. En ese caso, el banquero “internacional” tiene interés en que los “nacionales” reduzcan sus préstamos. En realidad, él hace lo mismo que el “nacional”, es decir, concede créditos a empresas relacionadas con el comercio exterior, e incluso a países extranjeros, para que compren en el propio, por valores que multiplican, aproximadamente, por nueve el total de los depósitos de sus cuentacorrentistas (J. Bochaca: “La Finanza y el Poder”, pág. 26.). Era fatal que el banquero “nacional” y el “internacional” llegaran a ponerse de acuerdo para una cooperación entre ambos, ya que sus operaciones, a parte de regirse por un mismo mecanismo, se complementan admirablemente. Por consiguiente, cuando el mercado interior se halla en plena prosperidad, o sea, en plena inflación crediticia, el banquero “nacional” recibe todo el apoyo, o el “crédito” de su colega, el banquero “internacional”. Y cuando a la prosperidad sigue la cíclica crisis, o sea la deflación monetaria, el banquero “nacional”, conforme va cancelando sus créditos, va abriendo una parte de éstos en favor de su colega “internacional”, que financia las exportaciones y que, además, en esas circunstancias, recibe la ayuda de la asustada Administración Pública, que ve en la Exportación un medio de procurar trabajo a las masas que se están impacientando. Aparecen entonces las desgravaciones fiscales, las primas a la exportación y demás tipos de apoyo directo e indirecto. Podrá argumentarse que la Administración no tiene porqué reaccionar de esa manera y, en vez de coadyuvar al timo bancario, nacional o internacional, puede poner coto a sus actividades, impidiendo la creación de dinero incontrolado, a escala nacional e internacional, y creándolo ella misma, de acuerdo con el volumen de mercancías que se hallan en espera de ser consumidas. El argumento es muy bonito y totalmente válido en otro mundo o en otras circunstancias. En este mundo, y en estas circunstancias, DINERO SIGNIFICA PODER, y como el Dinero y, lo que es muchísimo más importante, la facultad de crearlo, es de la Finanza, resulta que la Administración (Esa palabra está substituyendo paulatinamente a “Gobierno” y nos parece justo pues, en la actualidad, en nuestra Europa residual, de gobierno, lo que se dice GOBIERNO, no acertamos a ver ninguno.). se halla al servicio de aquélla, y no al revés, como debiera ser. Y bien sabe -o, más que saberlo, lo intuye, lo siente en su epidermis- cualquier funcionario público, por altísimo que sea su rango, que cualquier veleidad de independencia suya frente a los poderes omnímodos de la Finanza pondrá en marcha un mecanismo que empezará por una campaña de prensa en contra suya y terminará por una carta de su superior jerárquico “agradeciéndole los servicios prestados”. Dicho superior jerárquico deberá actuar así, por estar ligado él mismo al Sistema, o por constarle que, de apoyar a su subordinado, él perderá, con toda seguridad, las próximas elecciones. Para poner en marcha ese mecanismo de intimidación no hacen falta secretas reuniones de embozados, ni aquelarres de Sanhedrines con cirios de cera negra e imprecaciones cabalísticas, decretando la muerte civil del desobediente. El Sistema funciona tan bien que, salvo casos excepcionales, no hace falta pronunciar una sóla palabra. El que molesta, o puede molestar el funcionamiento de la máquina del Fraude Financiero, es automáticamente castigado sin que probablemente los que ejecuten el castigo se den cuenta. |
miércoles, 2 de septiembre de 2015
Grecia
A continuación traducimos un artículo de Chris Kanthan en nationofchange.org, que resulta analizando lo sucedido en Grecia, resulta muy clarificador sobre como la mafia bancaria mundial actúa en todos los países.
Un artículo muy adecuado para compartirlo con las personas que aún no entiendan qué tipo de mafia criminal gobierna el mundo…
De acuerdo con lo que nos dicen los medios de comunicación, la actual crisis económica en Grecia se debe al gasto excesivo del gobierno, que ha llevado al país a la quiebra.
Este es el discurso oficial, pero sin embargo, es una gran mentira.
En realidad, son los bancos los que han destruido a Grecia, permitiendo que los oligarcas y las corporaciones internacionales se beneficien de ello.
Lo estamos viendo repetido, una y otra vez, en todos los grandes medios de comunicación, como un discurso repetitivo destinado a lavarle el cerebro a la población:
"El gobierno griego gastó demasiado dinero y se fue a la quiebra; los generosos bancos les prestaron dinero, pero Grecia todavía no pueden pagar las cuentas, ya que han administrado mal el dinero que se les ha dado".
Es algo que suena bastante razonable y que por lo visto, mucha gente se ha creído.
Pero es una inmensa mentira. Y no solo para Grecia, sino para otros países europeos como España, Portugal, Italia e Irlanda que también están experimentando diversos grados de austeridad.
Esta misma mentira, ha sido utilizada por los bancos y las grandes empresas para explotar muchos países de América Latina, Asia y África durante muchas décadas.
Pero es una inmensa mentira. Y no solo para Grecia, sino para otros países europeos como España, Portugal, Italia e Irlanda que también están experimentando diversos grados de austeridad.
Esta misma mentira, ha sido utilizada por los bancos y las grandes empresas para explotar muchos países de América Latina, Asia y África durante muchas décadas.
La verdad es que Grecia no quebró por sí sola. La han hecho quebrar...
En resumen, los bancos destrozaron al gobierno griego y deliberadamente lo empujaron a contraer una deuda insostenible, de manera que los oligarcas y las corporaciones internacionales pudieran beneficiarse del caos y la miseria.
Si usted es fan de las películas de la mafia, ya sabe cómo la mafia consigue apoderarse de cualquier negocio; por ejemplo, de un restaurante. ¿Cómo lo hace la mafia?
En primer lugar, hacen algo para interrumpir o perjudicar el negocio, como por ejemplo, cometer un asesinato en el restaurante para perjudicar su imagen o provocar un incendio.
Cuando el negocio comienza a sufrir las consecuencias, aparece el padrino y generosamente ofrece algo de dinero al propietario, como "muestra de amistad".
A cambio, uno de sus lugartenientes se hace cargo de la contabilidad del restaurante, otro de los suyos se puso a cargo de la contratación, y así sucesivamente, se va apoderando de la gestión completa del negocio.
No hace falta decir que para el propietario, eso significa entrar en una espiral creciente de miseria, que pronto le llevará a la ruina…si tiene la suerte de seguir vivo, claro.
Ahora, veamos como se aplica este principio mafioso a la financiación internacional, en cuatro etapas.
Ahora, veamos como se aplica este principio mafioso a la financiación internacional, en cuatro etapas.
ETAPA 1
La primera y principal razón por la que Grecia se metió en problemas, fue la "gran crisis financiera" de 2008, que en realidad fue una creación de Wall Street y de los banqueros internacionales.
Recordemos como sucedió todo:
a los bancos se les ocurrió la "idea genial" de ofrecer hipotecas de alto riesgo a cualquier tipo de cliente, fuera quien fuera.A continuación, empaquetaron todas estas bombas de relojería financieras y las vendieron como "valores respaldados por hipotecas" con un beneficio enorme a varias entidades financieras en países de todo el mundo.
Los que facilitaron en gran medida esta práctica delictiva, fueron los miembros de otra rama del sistema bancario, el grupo de agencias de calificación, como por ejemplo Standard & Poor’s, Fitch y Moody, que dieron calificaciones estelares a éstos productos financieros destinados a quebrar.
Entonces, políticos sin escrúpulos como Tony Blair, fueron pagados por los grandes bancos para vender estos títulos peligrosos a fondos de pensiones, municipios y países de todo Europa.
Los bancos y los gurús de Wall Street ganaron cientos de miles de millones de dólares siguiendo este esquema de negocio.
Pero esta solo fue la Etapa 1 de su enorme estafa.
¡Había mucho más beneficio que hacer en las siguientes tres etapas!
ETAPA 2
Fue en esta etapa cuando las bombas de relojería financieras estallaron.
Los bancos comerciales y de inversión de todo el mundo comenzaron a derrumbarse en cuestión de semanas. Los gobiernos a nivel local y regional vieron sus inversiones y activos evaporarse.
Fue un caos generalizado en todas partes.
Buitres como Goldman Sachs y otros grandes bancos se beneficiaron enormemente de tres maneras:
Una: podían comprar otros bancos como Lehman Brothers y Washington Mutual por céntimos de dólar.
Dos: De forma mucho más cruel, Goldman Sachs y personajes poderosos con información privilegiada como John Paulson (que recientemente donó 400 millones de dólares a la Universidad de Harvard) apostaron previamente a que estos valores estallarían.Paulson ganó miles de millones, y los medios de comunicación, encima, celebraron su perspicacia. Algo realmente indignante.Para hacer una analogía, es como si los terroristas que atentaron contra el World Trade Center hubieran apostado a que las torres caerían el día antes y hubieran ganado millones con ello. Y que encima los medios, los llamaran "perspicaces".
Tres: en tercer lugar, y para restregar sal en la herida, ¡los grandes bancos exigieron un rescate a los propios ciudadanos cuyas vidas los banqueros habían arruinado! ¡Y lo hicieron y la gente tragó!Por ejemplo, en los EE.UU., los banqueros consiguieron cientos de miles de millones de dólares de los contribuyentes y billones del Banco de la Reserva Federal, que en el fondo no es nada más que una organización privada de banqueros.
No hace falta decir lo que sucedió en España con entidades como Bankia...
En Grecia, los bancos nacionales consiguieron más de 30 millones de dólares de rescate del pueblo griego. Es decir, ese Gobierno griego supuestamente irresponsable, tuvo que rescatar a los banqueros.
ETAPA 3
La tercera etapa es cuando los bancos obligan al gobierno a aceptar enormes deudas.
Si utilizamos una metáfora del mundo de la biología, imaginemos a un virus o una bacteria. Todos ellos tienen estrategias únicas para debilitar el sistema inmune del huésped.
Una de las técnicas utilizadas por los banqueros internacionales parasitarios, consiste en rebajar los bonos de un país. Y eso es exactamente lo que hicieron los banqueros, a partir de finales de 2009.
Esto hace que, inmediatamente, los tipos de interés ("rendimientos") de los bonos suban, por lo que es cada vez es más caro para el país pedir dinero prestado o incluso pagar los intereses de los bonos existentes.
Desde 2009 hasta mediados de 2010, los rendimientos de los bonos griegos a 10 años casi se triplicaron.
Desde 2009 hasta mediados de 2010, los rendimientos de los bonos griegos a 10 años casi se triplicaron.
Este asalto financiero cruel arrodilló por completo al gobierno griego y los banqueros consiguieron su primer acuerdo sobre la deuda, por la friolera de 110.000 millones de euros.
Los bancos también controlan la política de las naciones.
En 2011, cuando el primer ministro griego se negó a aceptar un segundo rescate masivo, los bancos le obligaron a dimitir y de inmediato lo reemplazaron por el Vice Presidente del BCE (el Banco Central Europeo).
No necesitaron elecciones. La 'democracia' es una ilusión controlada por esta gente.
¿Qué hizo el nuevo primer ministro? Obedecer las instrucciones que le dieron los banqueros sin rechistar.
(Por cierto, al día siguiente, sucedió exactamente lo mismo en Italia, donde el primer ministro renunció, sólo para ser reemplazado por un títere de la banca internacional. Diez días más tarde, España vivió unas elecciones avanzadas donde una marioneta de la banca ganó las elecciones).
No necesitaron elecciones. La 'democracia' es una ilusión controlada por esta gente.
¿Qué hizo el nuevo primer ministro? Obedecer las instrucciones que le dieron los banqueros sin rechistar.
(Por cierto, al día siguiente, sucedió exactamente lo mismo en Italia, donde el primer ministro renunció, sólo para ser reemplazado por un títere de la banca internacional. Diez días más tarde, España vivió unas elecciones avanzadas donde una marioneta de la banca ganó las elecciones).
Como vemos, los titiriteros vivieron una gran mes en noviembre de 2011.
Pocos meses más tarde, en 2012, se utilizó la misma manipulación del mercado de bonos, cuando los banqueros elevaron los rendimientos de los bonos griegos a 50%.
Este terrorismo financiero inmediato tuvo el efecto deseado:
el parlamento griego acordó un segundo rescate masivo, incluso más grande que el primero.
Llegados a este punto, se produce algo que la mayoría de la gente no entiende.
Los préstamos no son sólo los préstamos simples, como los que se obtienen de una tarjeta de crédito o de un banco. Se trata de préstamos que vienen con condiciones muy especiales adjuntas, que exigen la privatización de los activos de un país.
Si usted ha visto El Padrino III, recuerde a Hyman Roth, el inversor que fue a saquear Cuba con sus amigos. Reemplace a Hyman Roth por Goldman Sachs, el FMI (Fondo Monetario Internacional) o el BCE, y tendrá lo mismo.
Si usted ha visto El Padrino III, recuerde a Hyman Roth, el inversor que fue a saquear Cuba con sus amigos. Reemplace a Hyman Roth por Goldman Sachs, el FMI (Fondo Monetario Internacional) o el BCE, y tendrá lo mismo.
ETAPA 4
A esta etapa la llaman "Reformas estructurales".
La violación y la humillación de una nación comienza con el nombre de "austeridad" o de "reformas estructurales".
Debido al nivel de endeudamiento a la que fue sometida, Grecia ha tenido que vender muchos de sus activos rentables a oligarcas y corporaciones internacionales.
Las privatizaciones han sido despiadadas, y en ellas se incluye cualquier cosa que sea rentable.
En Grecia, las privatizaciones incluyen,
la electricidad las oficinas de correos los servicios aeroportuarios los bancos nacionales las telecomunicaciones las autoridades portuarias (que son enormes en un país que es líder mundial en el transporte marítimo),
...etc.
Por supuesto, los banqueros, especialistas en el arte de manipular, siempre exigen la inmediata privatización de todos los medios de comunicación, lo que significa que pueden inundar el país con propaganda todos los días y a todas horas sin oposición y decirle a la población que,
"ha abusado" "que ha vivido por encima de sus posibilidades" "que es corrupta",
...y que en cambio, los generosos banqueros que prestan su dinero, son los salvadores de la situación.
Además, se puede inocular en la población la idea de que vivir en la esclavitud de la austeridad es mucho mejor que la alternativa.
Por si eso fuera poco, los tiránicos banqueros también llegan a dictar hasta la última línea de los presupuestos del gobierno, hasta el detalle más nimio. No existe este nivel de control exhaustivo en ningún otro tipo de relación entre acreedor y deudor.
Así pues, llegados a este punto,
¿qué pasa tras la privatización completa del país y el despotismo explícito de los banqueros?
Por supuesto, que los ingresos del gobierno caen acusadamente y que la deuda aumenta aún más.
¿Cómo se puede "arreglar" esta situación? Por supuesto, ¡recortando el gasto...!
¿Cómo se puede "arreglar" esta situación? Por supuesto, ¡recortando el gasto...!
despedir a los trabajadores públicos recortar el salario mínimo recortar las pensiones cortar los servicios públicos aumentar los impuestos a las cosas que afectan al 99% pero nunca al 1% más privilegiado
Por ejemplo, las pensiones se han reducido a la mitad y el IVA ha subido a más del 20%.
Todas estas medidas han llevado a Grecia a una calamidad financiera que es peor que la Gran Depresión de los EE.UU. en la década de 1930.
Todas estas medidas han llevado a Grecia a una calamidad financiera que es peor que la Gran Depresión de los EE.UU. en la década de 1930.
Hace falta ser una clase especial de psicópata y criminal, para llevar a un país entero, a través de la austeridad, hacia el holocausto económico.
Si cada persona en Grecia hubiera sabido la verdad sobre la austeridad, no habrían caído en esta trampa.
Lo mismo sirve para,
España Italia Portugal Irlanda,
...y otros países que sufren las medidas de austeridad.
Lo más triste de todo, es que éstas no son estrategias únicas.
Desde la Segunda Guerra Mundial, estas prácticas predatorias han sido utilizadas innumerables veces por el FMI y el Banco Mundial en,
Lo más triste de todo, es que éstas no son estrategias únicas.
Desde la Segunda Guerra Mundial, estas prácticas predatorias han sido utilizadas innumerables veces por el FMI y el Banco Mundial en,
Asia África
Esta es la esencia del Nuevo Orden Mundial:
un mundo propiedad de un puñado de corporaciones y bancos un mundo que está lleno de obedientes siervos endeudados y sin poder un golpe de estado a nivel mundial, para devolvernos a un nuevo tipo de Feudalismo Global...
Dale a un hombre una pistola y robará un banco.
Dale a un hombre un banco y robará el mundo.
***
Hay una fórmula del Fondo Monetario Internacional que siempre se usa para apoderarse de cualquier nación:
La fórmula consiste en imprimir dinero, sacado de la nada… el dinero se presta a un país, mucho más allá de su capacidad para devolver el préstamo, preferentemente a oligarcas corruptos.Se espera a que el país caiga en problemas financieros y a continuación, se llega a un acuerdo para transferir todos los activos de infraestructura valiosos de ese país a sus acreedores internacionales.
Resultado:Ahora los oligarcas son los dueños de las carreteras, de los puentes, de las plantas de tratamiento de agua, los puertos, las playas y los monumentos nacionales y pueden cobrar a los ciudadanos por su uso y controlar todos los aspectos de sus propiedades.Y todo ello "legalmente".
El mundo está gobernado por psicópatas sin escrúpulos, la peor ralea de criminales de la historia.
La mayoría de gente se niega a creerlo, pero estos tipos disfrutan haciendo daño:
provocar sufrimiento les produce auténtico placer, les hace sentir poderosos.
Y tienen como esbirros y abnegados servidores, a una amplia colección de matones con traje y corbata (y ahora también sin corbata), ocupando los altos puestos de la política, con el objetivo de aplicar sus órdenes.
Cualquier muestra de respeto o admiración hacia alguno de estos auténticos demonios, es reflejo de una profunda debilidad mental y de una insufrible indignidad como ser humano.
¿De verdad alguien es tan ingenuo como para creer que se puede luchar contra estos criminales de masas votando a un partido político o saliendo a la calle a pasear pancartas?
¿Cómo alguien en su sano juicio pretende luchar contra ellos respetando las leyes y procedimientos, que ellos mismos han escrito, para tenernos a todos sometidos?
Lo más "maravilloso" de la execrable traición de Alexis Tsipras a su pueblo, es que le ha mostrado al mundo cuál es la auténtica realidad de la situación y cómo funcionan realmente las cosas.
A partir de aquí, el que no lo vea es que es directamente un idiota…
A partir de aquí, el que no lo vea es que es directamente un idiota…
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